El conflicto interno en el PRI se agudizó y el grupo opuesto a la dirigencia nacional amenazó que si no renuncia el presidente, Alejandro Moreno Cárdenas, “vamos a tomar el partido y todas sus sedes estatales”, advirtió Nallely Gutiérrez Gijón.
En respuesta, al continuar el plantón frente a la sede nacional, el dirigente nacional, Alejandro Moreno, demandó a las autoridades capitalinas y a la Fiscalía General de la República (FGR) atraer el caso, garantizar la seguridad de la militancia, ejercer todo el peso de la ley en contra de los manifestantes y encarcelar a Ulises Ruiz y a Nallely Gutiérrez por su actos vandálicos.
“Exigimos ejercer con todo el peso de la ley, tope hasta donde tope”, dijo y demandó al gobierno de Claudia Sheinbaum “no solapar estos actos reprobables de violencia y garantizar la seguridad de los militantes y personas que día a día trabajan en este instituto político”.
Insistió en que “es completamente inaceptable la intromisión soterrada del gobierno de Morena en la vida interna de los partidos de oposición” y reiteró “el firme compromiso con la coalición legislativa” del PAN y PRD.
Nallely Gutiérrez acusó a Moreno Cárdenas de “hacer daño al partido con sus mentiras y pantomimas de lo que realmente sucede en el partido, con sus versiones y actitudes irrisorias”.
Ulises Ruiz denunció que “me llamaron de varios Comités Estatales para denunciar que Moreno Cárdenas los está presionando para que soliciten mi expulsión del partido. Ante la falta de argumentos para permanecer en el CEN presentaré solicitud de expulsión contra ‘Alito’ por las denuncias que tiene y traicionar al partido”.
Aseguró que “quienes llegaron a agredir a los militantes que se manifiestan en el CEN fueron los porros de ‘Alito’. Todo el mundo te conoce, ¿cuál diálogo? Todo lo arreglas a golpes. Fotos y videos demuestran mi dicho. Mejor renuncia y enfrenta la ley por los desvíos en tu estado, Campeche”.
Aunque el plantón del grupo de inconformes frente al partido liberó los accesos al edificio central, para permitir la entrada y salida, el personal de seguridad encerrado desde el lunes se negó a abandonar sus puestos “por temor a que los manifestantes se apoderen de las oficinas”.