Ante el incremento significativo de los casos positivos y la fatalidad de la epidemia de Covid-19 en México, está por demás esperar que en algún momento se alcance el pico de contagios.
Hasta ayer el país acumulaba cerca de 311 mil 500 casos confirmados de coronavirus y más de 36 mil 300 decesos, que lo ponen como séptimo y cuarto del mundo en número de contagios y muertes, respectivamente.
En las últimas dos semanas, las defunciones en México sobrepasaron las de España, Francia e Italia, donde la ocurrencia de casos fatales es cada vez menor o incluso nula.
Además, México mantiene una elevada tasa de letalidad –muertes por cada 100 casos confirmados– entre los países con más fallecimientos:
En primer lugar está el Reino Unido con 15.4 por ciento, seguido por Italia con 14.4 por ciento y después por México con 11.6 por ciento, pero está muy por arriba del 4.4 por ciento a nivel global.
La compleja situación epidemiológica en el país deja ver que el virus SARS-CoV-2 aún no está bajo control, aunque el presidente López Obrador afirmó que “la pandemia va a la baja, que está perdiendo intensidad” y que “de los 32 estados, sólo en nueve hay un incremento de contagios”.
En el terreno económico, donde la emergencia sanitaria está teniendo fuertes implicaciones, México ya venía enfrentando problemas desde el año pasado, que se agravaron con el brote de covid-19.
Los mayores efectos del choque pandémico se han dejado sentir sobre el empleo y los ingresos de familias y empresas.
El cierre de empresas y la contracción de la actividad económica han acentuado la tendencia negativa de la ocupación formal y, peor aún, del sector informal.
Si bien en junio –primer mes de la ‘nueva normalidad’– el empleo formal registró la menor pérdida mensual desde el inicio de la epidemia, en los últimos cuatro meses se destruyeron un millón 114 mil posiciones.
Quiere decir que entre marzo y junio pasados se ‘borraron’ unos 9 mil 128 empleos por día.
Otra lectura nos dice que en ese periodo perdieron su empleo 380 personas por hora.
Citibanamex anticipa una pérdida acumulada de 1.4 millones de ocupaciones formales en 2020, “más del doble de empleos perdidos que en la crisis de 1995 o la de 2008-09”.
A la pérdida de empleos se suman el cierre de establecimientos y los problemas de liquidez en los negocios.
En el más reciente foro virtual de El Financiero, Enoch Castellanos, presidente de la Canacintra, afirmó que 250 mil empresas están sin posibilidades de reabrir sus puertas y alrededor de 500 mil están en riesgo de caer en insolvencia.
Francisco Cervantes, presidente de la Concamin, dijo que la estimación es que del millón de unidades industriales existentes en el país, más de 100 mil, principalmente micro y pequeñas, ya no abrirán nuevamente.
Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex, acusó que el gobierno mexicano no ha estado a la altura del desafío que implica la crisis.
Si bien el argumento de la Secretaría de Hacienda es el limitado espacio fiscal, las acciones para contener el impacto económico de la epidemia son claramente insuficientes.
La gravedad de la situación justifica adoptar medidas adicionales, pues lo más importante en este momento es apoyar a los trabajadores afectados y evitar la quiebra de empresas viables o solventes.
De lo contrario, seguirá en ascenso la ‘mortandad’ de empleos y empresas.