La senadora Indira Kempis estuvo vetada por la dirigencia unipersonal de Movimiento Ciudadano incluso luego de que el gobernador de Nuevo León, Samuel García, se rajara. Porque Dante Delgado quiere que sea un hombre quien busque los votos presidenciales para esa organización.
Para empezar, que vaya por los sufragios de quienes nunca votarían por una mujer. Así lo han discutido los naranjas, que calculan en alrededor del 16 por ciento el electorado que no votaría por una mujer.
Jorge Álvarez Máynez, destapado el martes como precandidato emecista a la Presidencia, tiene esa encomienda. Cachar una suculenta, desde el punto de vista de este partido marginal, cantidad de electoras y electores reacios a darle su respaldo a una mujer.
¿Es una posición machista o sólo una estrategia política pura y dura? Veremos fraseo y tácticas del zacatecano para seducir esos supuestos votos antimujer sin mostrarse descalificador de sus adversarias.
De hecho, en discusiones internas emecistas se defiende y promueve otra ventaja de su candidato: su juventud versus alternativas a las que –según sus estudios y encuestas– buena parte del electorado ve como opciones viejas y cansadas (términos que flotaron en una reunión de esta semana).
Quizá de ahí la forma en que fue destapado Máynez: con tragos y botana de cantina, pero en casa nice –bien aspiracionista– y no en un tugurio. Son jóvenes, echan desmadre y viven muy bien. Y, de nuevo es un quizá, de ahí que Máynez no escatime al llamar “señoras” a sus adversarias.
Hombre y joven. Presumirán una condición innata y otra temporal, antes que los muebles intelectuales y profesionales que en década y media en la política haya adquirido. Y ser una cara nueva en el tablero nacional, esa sería, a juicio de MC y estrategas, el tercer atributo.
Ellos creen –otra vez: lo han dicho en reuniones internas– que Claudia Sheinbaum es vista por la población como alguien gris, dependiente de AMLO, débil y sin carisma, mientras que apuestan a que los negativos de Xóchitl Gálvez y su poco prestigiada alianza sólo crecerán.
Planean convertirse en la opción por descarte, no sólo de quienes no votarían por una mujer sino de quienes no ven bien ni a Claudia ni a Xóchitl, y/o los partidos que las respaldan. Están convencidos de que con una cara nueva robarán votantes a una y a otra fuerzas políticas. Como en NL en 2021.
Ese es el supuesto plan estratégico. Y apostar antes que a una gran movilización de tierra, a una campaña de aire para mediante spots creativos y la capacidad discursiva de Máynez darlo rápidamente a conocer y eventualmente granjearse votantes.
Sin embargo, el precandidato y sus patrocinadores no parecen advertir que el candidato es, para hablar en términos de caballadas, muy pero muy flaco. Y no por joven.
Su currículum, además de tener demasiados partidos a tan corta edad (PRI, PRD, Nueva Alianza y Movimiento Ciudadano a sus 38 años), es muy magro en responsabilidades ejecutivas. Ha sido legislador tres veces, pero no tiene experiencia ni de edil.
De ahí las críticas a su destape. Él defiende el videodestape con tragos como una reivindicación de la ligereza. No entiende que de él se asume la juventud y sus procederes, y que por ello mismo lo que urge reconocerle es lo contrario: muestras de que además tiene una propuesta sólida y creíble para México, y el carácter para hacerla caminar.
¿Quién es Máynez y qué quiere aparte de cachar votos antimujer? Porque beber Carta Blancas y ser hombre, qué chiste: la mitad de la población podría ser eso.