Circulan tres diagnósticos opositores sobre lo que, según quienes promueven esos documentos, debería ser una hoja de ruta de México a partir de 2024.
Uno de esos documentos se presentaría el 30 de este mes. Lo patrocinan Dante Delgado y/o Movimiento Ciudadano, y el entorno del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. El borrador lleva por nombre Un punto de partida, y lo firma Encuentro: Colectivo por México.
Los otros diagnósticos son patrocinados por Sí por México, de Claudio X. González, y por la Confederación Patronal de la República Mexicana, Coparmex, de José Medina Mora.
Hubo un tiempo en que se decía que México estaba sobrediagnosticado, que no era por falta de estudios o radiografías que el país no saliera de sus problemas, que no avanzara como debía o podía: por una clase política sin compromiso y al servicio, en general, de las élites, ese conocimiento quedaba en eso, en diagnósticos que sólo se apilaban.
Los otros diagnósticos son patrocinados por Sí por México, de Claudio X. González, y por la Confederación Patronal de la República Mexicana, Coparmex, de José Medina Mora.
Hubo un tiempo en que se decía que México estaba sobrediagnosticado, que no era por falta de estudios o radiografías que el país no saliera de sus problemas, que no avanzara como debía o podía: por una clase política sin compromiso y al servicio, en general, de las élites, ese conocimiento quedaba en eso, en diagnósticos que sólo se apilaban.
En la elección de 2018 la mayoría votó por un modelo que desdeña esos diagnósticos de expertos, académicos, intelectuales y, por supuesto, think tanks. En su gobierno, AMLO ha sido fiel a ese desprecio.
Por tanto, si un momento reclama diagnósticos es el actual, cuando tras la pandemia, por un lado, la crisis económica, por otro, y la deliberada desarticulación institucional –incluida la inoperancia por la llamada austeridad– el país no tiene hoy del todo claro cuál es el estado de la nación.
Sin haber ojeado más que uno de esos documentos, advierto un riesgo: que estos grupos opositores vuelvan a ver el país sólo desde su atalaya, desde una realidad y unos marcos conceptuales que no conectan con la mayoría que quiere y demanda ser prioridad gubernamental.
Al documento de 50 páginas del Colectivo por México, por ejemplo, le sobran emotivos conceptos y le falta puntualidad para poner como centro de toda la acción a las poblaciones vulneradas y vulnerables.
Ese es el gran triunfo de AMLO: sus mensajes de primero los pobres y fin de la corrupción son imbatibles en el discurso, y este texto –al menos la versión a la que tuve acceso– no deja clara una prioridad, uno o dos conceptos rectores que ayuden a que el grueso de la población entienda sus metas principales, su compromiso social concreto.
A lo más que llegan, en un párrafo, es a este resumen: “Muchos son nuestros problemas, pero estamos obligados a priorizarlos: cuando todo es importante, nada lo es. Entre las grandes prioridades nacionales destacan: 1. Proteger la vida fi?sica, integridad y patrimonio de las personas y las comunidades. 2. Mejorar los sistemas de salud. 3. Proveer una educacio?n integral y de vanguardia. 4. Elevar el nivel y la calidad de vida de las y los mexicanos”. Ponen al final el elemento que debería ser el principal. Los pobres quieren –con justa razón– seguir siendo la prioridad. AMLO entiende perfecto eso, la oposición no.
El colectivo aclara que se trata de un documento de trabajo susceptible a cambios o mejoras, pero a lo largo del texto se percibe ese tono tecnocrático cuyo retorno pocos demandan.
Al hablar de medio ambiente, el texto promueve energías limpias y no derechos de las comunidades a los beneficios de la adecuada explotación de sus recursos; cuando se habla de pluralidad y de que la polarización debe cesar, no se reconoce que por demasiado tiempo las voces de pobres y víctimas no se escucharon.
A ver si no terminamos con diagnósticos opositores que buscan justificar un retorno al pasado, más que encontrar el nuevo camino urgente.
Fe de erratas: ayer dije que se requería mayoría calificada, no simple, para nombrar al subgobernador de Banxico. Es erróneo. Basta con la simple. Una disculpa.