Samuel García ha irrumpido en la campaña con algo muy predecible y refrescante, así sea en términos mediáticos –sus videos–, y siembra la duda de si se convertirá en el caballo negro de la competencia.
¿El de Nuevo León está llamado a convertirse en el número dos de la carrera? ¿El opositor que a la postre capitalice el voto útil? O por animada que sea, ¿el destino de esa candidatura es, si acaso, arañar el doble dígito porque likes no necesariamente son votos?
No tengo respuestas a esas preguntas. Pero ayer que escuchaba hablar con buenos argumentos al emecista Salomón Chertorivski en la FIL Guadalajara sobre la Ciudad de México que añora, y dado que Jalisco es territorio MC, atando cabos de otras conversaciones quise aventurar un pronóstico.
Arranco diciendo que, claramente, nuestra democracia es mucho más de lo que ocurre en la Ciudad de México. Sin embargo, la capital a veces sirve de referencia de fenómenos que se dan a nivel nacional. Y ahí, en el Anáhuac MC no ha permeado ni de lejos.
En las últimas elecciones federales no ganaron ni un solo distrito federal en la CDMX. Repito: en la ciudad donde su agenda progresista entraría mejor con clases medias, MC no tiene mucho, o casi nada, qué presumir.
En las intermedias de 2021 los naranjas compitieron solos. Ganaron siete distritos en todo el país. En Jalisco, para ser más precisos. Fuera de ahí, nada. Y en la capital, que ese año registró para Morena un golpazo al perder la mitad de las alcaldías, ellos también fueron derrotados.
Al hacer un balance de esa campaña, el líder emecista Clemente Castañeda destacaba entonces que tuvieron “un crecimiento a nivel federal de entre 7 y 7.5% de la votación, con más de 3 millones 300 mil votos, un millón de votos más que en elecciones anteriores, el mejor resultado de MC en su historia”.
El jalisciense agregó que llegarían a 124 alcaldías (sí, alrededor de 5% nacional, con Monterrey, Guadalajara y Zapopan, de acuerdo, pero la vigésima parte).
Ese ritmo contrasta con las elecciones de 2022, donde no obtuvieron ni uno de los seis gobiernos en competencia y las de este año (Coahuila y Edomex), cuando ni candidatos tuvieron.
Con ese desempeño de MC, ¿qué dicen las encuestas de CDMX? Que la pugna es entre Morena y la oposición prianperredista. Chertorivski, de MC, queda en un lejano tercer sitio: la última encuesta de El Financiero (22/11/23) da a Clara Brugada 47%, a Santiago Taboada 34% y a Salomón 8%.
En resumen, la CDMX no parece, ni de lejos, harta de la “vieja política” (MC dixit), ni de Morena. Quizá en ciertos enclaves (Jalisco, Nuevo León), en su momento los ciudadanos prefirieron a los naranjas antes que al lopezobradorismo, pero no ha sido la tendencia nacional.
Ganar sólo dos gubernaturas desde 2018, así sean de estados importantes, no habla de vigor o momentum. Y ahí donde la oposición convencional ha venido perdiendo, salvo en casos como Campeche o Colima, MC realmente no ha pintado. ¿Crecer Samuel? No imposible, pero contra toda la tendencia de MC, capitalina o nacional.
Esto parece el chiste de Pepito, aquel cuando sólo estudió la parte de las hormiguitas y en el examen al preguntarle sobre elefantes logra hablar de esos insectos y no de los mamíferos. Pero algo tendría que contar que, en la capital, donde tanto los vemos y escuchamos, donde son figuras cotidianas y hasta apreciadas en el debate, la presencia mediática (y likes) de MC sea una, y sus votos muy distintos, para mal.