Opinión

Salvador Camarena: Adán, además jefe del partido

Adán Augusto. | Sigue mostrándole a AMLO que traerlo a México fue un acierto | Fuente: Cuartoscuro

Otra lectura obligada sobre la gira proselitista del fin de semana de Adán Augusto López Hernández apunta a que el secretario de Gobernación se ha convertido en el jefe de Morena.

No el jefe máximo, porque ése es ya saben quién, pero sí en el encargado de que la operación del partido en el gobierno sea la que quiere, precisamente, la administración.

Mi colega Ivonne Melgar, en su columna del sábado en Excélsior, destacó la buena relación que Adán Augusto y Mario Delgado, presidente de Morena, han trazado de tiempo atrás… y últimamente.

En su entrega semanal, Ivonne subrayaba una gira que ambos personajes habían realizado “sin reflectores” a finales de marzo en el sureste. Como buena periodista que es, la autora de Retrovisor leyó bien los signos en el ambiente, pues en cosa de horas el dirigente colimense y el político tabasqueño realizarían nuevas giras juntos, pero ahora se mostrarían públicamente, sin tapujos, promocionando la revocación y hasta anunciando, el de Bucareli, una eventual defenestración de autoridades electorales.

Funcional como sea, esa mancuerna no es de pares. Adán Augusto sigue mostrándole a López Obrador que el suyo fue un cambio atinado, que traerlo a México fue un acierto. Si antes le dio resultados al recomponer el gabinete, al convertirse rápidamente en un buen interlocutor con la Corte e incluso con Gertz Manero, en aplacador de pleitos entre Sheinbaum y Monreal, ahora se ha hecho del partido, al que le infundió vigor, al que le dejó claro el mensaje de que no se hagan bolas, es la hora del Presidente y nadie puede quedar mal con Palacio.

Si la revocación será la prueba de fuego para Ariadna Montiel –los padrones de beneficiarios de los programas del Presidente tendrán que reflejarse en los números de la votación, ya sea por geografía o por grupos demográficos–, la consulta también es la tarea más retadora que ha asumido el secretario de Gobernación.

Es la hora de la fragua: el partido y el gobierno se fundirán y conoceremos cuánto realmente pesa el movimiento. Por eso la secretaria del Bienestar ha de hacer rendir los padrones, que la gente que recibe apoyos se manifieste agradecida y vote. Por eso el secretario de Gobernación ha asumido la empresa en primera persona: el resultado o hunde o relanza al gobierno de cara a las elecciones de 2024.

La revocación se ha convertido no sólo en algo para lo que no fue diseñada –en una ratificación–, sino en un laboratorio electoral de viejo cuño, donde en efecto desaparecerán irremediablemente las fronteras legales entre partido y gobierno, y lo harán siguiendo la filosofía de Andrés Manuel expuesta ayer en la mañanera: en este tema del 10 de abril tampoco nadie puede salirle con “ese cuento de que la ley es la ley” y que por tanto no se puede hacer algo que es “bueno” para el movimiento.

Adán Augusto operará la revocación y tendrá de ayudante a Mario Delgado. Si les sale bien la operación del domingo, ganarán el presidente López Obrador y esta dupla de operadores.

Si sale mal, en cambio, ellos dos reportarán al Presidente las causas por las que los movilizadores (gobernadores, delegados estatales, senadores, diputados, alcaldes y toda clase de funcionarios y cuadros partidistas) fallaron en los números. De forma que hay un escenario en el que Adán y Mario tampoco se llevan la peor parte si se da un resultado adverso.

Adán Augusto emergió como precandidato del fin de semana en que se puso la casaca partidista, pero también como jefe de Morena.

Salvador Camarena 07.07.2022 Última actualización 07 abril 2022 7:7

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