Cinco días antes de que Miguel Ángel Osorio Chong supiera de manera directa y personal por voz del presidente Enrique Peña Nieto que la candidatura presidencial no iba a ser para él, el entonces secretario de Gobernación sintió el fuego amigo –o, cuando menos, percibió que dentro del gobierno habían intensificado la metralla en su contra–. Esta fue la interpretación que se le dio en su entorno más cercano a un par de revelaciones de la ONG Mexicanos Contra la Corrupción, publicadas en su principal vehículo amplificador de denuncias, Reforma. Las dos publicaciones, antes de que oficialmente se supiera que la candidatura sería para José Antonio Meade, miembro de un grupo político antagónico al suyo, fueron calificadas por personas cercanas a Osorio Chong, que hablaron con él, como “rudeza innecesaria”.
“Rudeza innecesaria” fue la primera señal que esos golpes oenegeros, socializados a través de un medio de comunicación, olían a fuego amigo. Una segunda señal, leída por él de la misma manera, se dio esta semana al publicar Reforma, una vez más, extractos de una averiguación en curso de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, que una incondicional de Osorio Chong, Nuvia Mayorga, quien buscará una senaduría en las elecciones de julio, estaba siendo investigada por presuntos actos de corrupción con dinero de Odebrecht, el conglomerado brasileño que compró favores en once naciones, canalizado a las campañas electorales de 2012.
Mayorga dijo que eran falsas las imputaciones y se comprometió a demostrarlo al periódico mostrándole sus cuentas bancarias personales. La investigación de la FEPADE, según lo publicado por Reforma, no mencionaba que se había quedado con el dinero, sino que lo había canalizado a campañas, en su calidad de cabeza de la Comisión de Presupuesto y Fiscalización del Consejo Político del PRI durante la campaña presidencial de 2012, en el tiempo en que su jefe de muchos años, Osorio Chong, era secretario de Organización del partido. El exsecretario de Gobernación también rechazó la vinculación criminal con un mensaje cáustico en Twitter, que decía: “¿Con qué intención y quién está detrás de notas como la que hoy publica Reforma? Lo que es claro y cierto es que es tendenciosa y no tengo nada que ver en el tema, como la propia nota lo refleja”.
Quién está detrás y con qué intención se había dado esa filtración, sugirió. El fraseo de Osorio Chong es interesante. La información de Reforma estuvo firmada por 'Staff', que es un recurso que ha utilizado durante años cuando busca proteger a quien obtuvo y escribe la información por razones de seguridad –por ejemplo, en temas del narcotráfico–, o cuando es un documento que se le entrega al periódico. La inferencia del exsecretario establece su convicción de que ese documento se le entregó al diario. No podía haber sido de otra manera. Reforma publicó no sólo que investigaban a Mayorga, sino el número de la carpeta de investigación, FED/FEPADE7UNAI-CD-MX/1139/217, para arropar con veracidad a lo publicado. La FEPADE no desmintió la existencia de esa investigación en curso que, no menos importante, constituye un delito el darse a conocer una averiguación que esté abierta.
Osorio Chong la calificó de “tendenciosa”, al vincularlo el diario con los presuntos actos de ilegalidad de Mayorga. Sin embargo, nadie ha salido a dar la cara por él. Lo mismo sucedió cuando a días de que se supiera que Meade sería el candidato presidencial, se publicó que un grupo constructor obtuvo en forma triangulada la ejecución de una obra de Pemex en la refinería de Tula, que ha sido relacionada a un soborno de seis millones de pesos de Odebrecht. Esa empresa es propiedad del hidalguense Carlos Aniano Sosa Velasco, quien es el casero del exsecretario de Gobernación. Poco antes, se reveló el otorgamiento de contratos oscuros otorgados por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, que presidía Mayorga, y de la delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Hidalgo. Durante el sexenio, alrededor de 80 por ciento de los delegados de la SCT en el país, que administran y reparten la obra pública, fueron nombrados por Osorio Chong.
Las informaciones donde lo manchan en presuntos actos de corrupción corrieron en paralelo con la purga que se hizo en la Secretaría de Gobernación y en todas las áreas de seguridad del gobierno federal, de funcionarios osoristas, cuando llegó a sustituirlo Alfonso Navarrete Prida. Los golpes, a decir del tuit de Osorio Chong, no han pasado desapercibidos, convencido de que salieron del gobierno. En este espacio se publicó el 25 de enero una columna que se refería a las desconfianzas existentes sobre él:
“Los astros se están alineando a la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, que una vez más empieza a construir la profecía autorrealizable. Pero, a diferencia de 2006 y 2012, esa predicción, que a base de repetirla se va convirtiendo en realidad, cuenta ahora con la ayuda de una mano negra que sólo puede perfilarse de manera circunstancial. Tiene el color de la de… Osorio Chong, aunque no hay forma de probar si el respaldo a López Obrador y la demolición de las posibilidades del PRI en las elecciones de julio, se está dando de manera directa o indirecta”.
Personas cercanas al exsecretario reclamaron lo que se escribió y negaron los señalamientos sobre Osorio Chong. El tiempo y el mensaje del exsecretario en las redes sociales no acaban de limpiar las sospechas, pero sí muestran que el pleito interno palaciego se está poniendo sangriento