En sus promesas de campaña López Obrador acumula una nueva: sacar a prácticamente todas las secretarías de Estado de la Ciudad de México.
Va a ocurrir si gana la presidencia y, ojo, es el puntero.
No vamos a tocar el tema de que las autoridades electorales no se atreven a aplicarle la ley por hacer campaña adelantada, sino a cuestionar a quienes argumentan que AMLO ya es sensato.
Desde el terremoto del 85 los presidentes han examinado la idea de sacar a los estados algunas secretarías que en teoría no deberían estar en la Ciudad de México.
No se ha podido por el enorme costo económico, humano y falta de funcionalidad de la medida.
Hay que mover a millones de burócratas (con todo y familias) a distintos estados, a vivir.
¿Hay infraestructura para recibirlos? No. No importa, dice AMLO, porque habrá créditos a bajo costo para viviendas.
¿Ya acordó con los bancos? ¿Va a hacer un acuerdo para que presten a tasas preferenciales? ¿Y los que no puedan comprar?
Vamos a ver el caso de un empleado de la secretaría de Turismo (que la van a trasladar Chetumal), casado con una funcionaria de Agricultura, que se va a ir a Ciudad Obregón, Sonora. ¿Qué va a pasar?
O simplemente los empleados de cualquier secretaría casados con personas que no trabajen en el gobierno, sino en la CDMX. No importan los hijos, la unión de la familia, nada. Pol Pot los quiere fuera.
Todos los días se realizan reuniones intersecretariales de comisiones y acuerdos que no necesariamente son a nivel de secretarios.
¿Cómo le van a hacer en la Secretaría de Marina (va a estar en Veracruz) para sus reuniones cotidianas, y hasta varias veces al día entre distinto personal, con la Secretaría de la Defensa (va estar en Jalisco) y la PGR (que se queda en la CDMX).
A diario se da una cantidad considerable de reuniones de coordinación entre funcionarios de la Secretaría de Energía (que va a llevar a Tabasco), con gente de CFE (que va estar en Chiapas).
Y entre áreas de Pemex (que va a llevar a Ciudad del Carmen) con la Secretaría del Medio Ambiente (que la va a mandar a Yucatán), y de ésta con Recursos Forestales (que enviará a Durango).
Eso se realiza a nivel de empleados medios, ¿qué va a ocurrir con los subsecretarios y secretarios?
Seguramente con los recursos del avión presidencial (que dice AMLO que le va a vender a Donald Trump), le va a comprar un avión a cada secretario y subsecretario.
¿O cómo van a acordar los integrantes del SAT (va a estar en Tamaulipas) con los funcionarios de Hacienda (que se queda en la CDMX)?
Las reuniones y cabildeos cotidianos de funcionarios de dependencias federales con integrantes del Poder Legislativo, ¿cómo se van a hacer?
Y los cientos de trámites diarios de las secretarías ante los tribunales federales, ¿van a ser por video conferencias? ¿O promoverá los chats de whatsapp? Imposible, porque les va a quitar los celulares.
Ah, y además a todos les va a bajar el sueldo.
Una locura. Otro fraude más de los que quieren convencernos que López Obrador ya es centrado y sensato.
No tiene mente estratégica para gobernar. Carece de visión de Estado. Todas son ocurrencias y no va a cambiar con la banda terciada al pecho.
Antes que llevar Sedesol a Oaxaca, Salud a Guerrero y CFE a Chiapas para “promover el desarrollo” en esos estados, que les diga a sus seguidores de la CNTE que dejen trabajar a los demás.
Que no tomen carreteras ni incendien camiones para que pueda haber actividad económica, y en consecuencia empleo y mejorar la calidad de vida.
Pero lo suyo son las ocurrencias. Y así nos va a ir si gana.