Es una dependencia de la que se espera mucho en el sexenio venidero, simplemente porque el perfil de Julio Berdegué, quien será el próximo secretario de Agricultura y Desarrollo Rural a partir de octubre, tiene una clara vocación por el campo.
Si bien el actual titular de la dependencia, Víctor Manuel Villalobos Arámbula, ha trabajado en varios frentes de manera adecuada con parte de la industria, lo cierto es que en muchos otros ha quedado a deber y dejará pendientes importantes a su sucesor.
Berdegué tiene altos méritos académicos y profesionales, su historia profesional ha sido fuera de México, y como se dice “fuera de la grilla”, siempre ha estado vinculado con la actividad agropecuaria y sobre todo con un nivel y compromiso de enfoque social.
Aunque se conoce que cursó la preparatoria con Jesús María Tarriba, quien es el esposo de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se sabe que el vínculo con la futura mandataria no es personal, sino que fue a través de una invitación a participar en los diálogos por la transformación en donde se valoró su trabajo, compatible con el proyecto de la 4T, además fue primero invitado por el presidente Andrés Manuel López Obrador a trabajar, pero Berdegué declinó aduciendo razones personales.
Y es que no es para menos, ha coordinado más de 30 proyectos de investigación aplicada y de análisis de políticas públicas, de desarrollo de capacidades, de gestión de conocimientos y de aprendizaje en diferentes países de América Latina, con varios puestos en organismos internacionales. Eso lo llevó a ser representante regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), además de haber trabajado como consultor del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Por ende, esperamos a un futuro secretario con presencia en medios, algo que ya se ha visto en estas semanas, y donde ha dejado claro las tareas que busca cumplir en este próximo sexenio: bienestar de los trabajadores del campo, que hoy se encuentran sumidos en la pobreza extrema; el problema de la administración del agua, lo que implica recuperar su gobernanza y el establecimiento de un nuevo marco legal; y resolver uno de los pendientes que deja la actual administración, el de la suficiencia alimentaria.
Para sus paisanos mazatlecos, es claro que el futuro secretario se enfocará en trabajar arduamente por el bien del campo. Para los que no saben, su familia es de las más prósperas en aquella región, ya que junto con sus otros tres hermanos es propietario del 75 por ciento de las acciones de El Cid Resort, una cadena de hoteles fundada por su padre, Julio Berdegué Aznar, reconocido como uno de los impulsores del desarrollo de Mazatlán, hace más de medio siglo.
Las tareas pendientes de la UIF
En las últimas semanas, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que lleva el político Pablo Gómez, presentaba los datos sobre los reportes que el sistema financiero ha hecho por operaciones inusuales, relevantes y preocupantes, así como las personas bloqueadas y las denuncias hechas.
Muchos publicaron estos datos ante el crecimiento de los reportes y sobre todo de las denuncias presentadas por lavado de dinero, es decir, por recursos de procedencia ilícita, sólo en el primer bimestre del año se presentaron 14 denuncias por ese concepto con más de 100 personas presumiblemente involucradas.
Lo cierto es que en todos estos años, desde que se hacen esas denuncias contra personajes que son acusados por operaciones con recursos de procedencia ilícita, nadie ha terminado condenado por ello, ahí tiene por ejemplo el caso de la maestra Elba Esther Gordillo, o de cantantes y futbolistas condenados públicamente por estos cargos, siendo inocentes.