A casi una semana de haber iniciado las campañas, la atención parece estar centrada en las pifias y ocurrencias de las candidaturas a la Presidencia de la República. Sin embargo, hay que voltear a ver a lo que está pasando en las entidades, donde puede haber mayor competitividad.
Por ejemplo, el pasado miércoles, El Financiero publicó una encuesta, según la cual Clara Brugada, candidata de la alianza Morena-PVEM-PT, capta 44% de las preferencias, mientras que Santiago Taboada, abanderado de la alianza PAN-PRI-PRD, cuenta con 36%. Por su parte, Salomón Chertorivski obtiene 7% de la intención de voto, mientras que un 13% restante no manifestó preferencia.
Sin embargo, lo más interesante es cómo varían las preferencias entre Brugada y Taboada en la parte oriental y la occidental: mientras en la primera Brugada tiene una amplia preferencia, en la segunda Taboada aventaja con pocos puntos de ventaja. Hace unas semanas se comentó aquí que la lucha en la CDMX podría ser la más interesante, al parecerse a una lucha de clases. ¿Se puede decir lo mismo a la primera semana? Veamos según el orden decreciente en preferencias.
Clara Brugada
Aunque la candidata oficial arrancó su precampaña con un discurso sólido y una imagen popular, en su primer spot solo juega con lo que significa transformación y que CLARAmente ella es la mejor. Las imágenes son cotidianas y se cuida mucho que la gente luzca auténtica en su entorno. No está mal, pero tampoco es genial.
Santiago Taboada
Quizás Taboada tenía una narrativa muy clara de quién era, por qué estaba ahí y qué había logrado durante su precampaña. Sin embargo, repite el mensaje inicial al arranque de la campaña, sólo que más breve y con quizás menos punch.
Salomón Chertorivski
Mientras Brugada y Taboada encabezan la lucha de clases, el mensaje del candidato de MC parece más cercano a la coalición opositora: una ciudad inteligente. Cierto, le echa muchas ganas a hablar y gesticular, pero quizás tenga poco atractivo más allá de las partes de la ciudad donde grabó. Los millennials le contestarían con un proverbial “meh”.
¿Pasará algo en las próximas semanas que haga que las diferencias se ensanchen o reduzcan entre los lados oriente y poniente? ¿Lograrán los extremos comunicar a un público intermedio? ¿El entusiasmo de Chertorivski alcanzará para generar una ola naranja, o terminará gesticulando en las Lomas?
Agárrense: esto apenas comienza…