La declaración de Donald Trump hecha esta semana en la que señaló que la prioridad para Estados Unidos era lograr un acuerdo con México y dejar para después a Canadá fue un anzuelo lanzado por el gobierno norteamericano, que afortunadamente no mordió México.
Trump ha dicho reiteradamente que más que un TLCAN le gustaría tener dos TLCs, uno con México y otro con Canadá.
Sin embargo, desde hace muchos meses, tanto Justin Trudeau como Enrique Peña Nieto, cabezas de los gobiernos de Canadá y México, dijeron con claridad que ese tema estaba fuera de toda discusión.
Tal vez Trump se vio animado a poner el asunto nuevamente en la agenda por las declaraciones de la futura secretaría de Economía, Graciela Márquez, al Financial Times, en las que señaló que ‘como último caso’, México podría considerar un acuerdo bilateral con EU.
Hablamos hace unos días en La Silla Roja, con quien ha sido nominado por AMLO como encargado de la negociación del TLCAN, Jesús Seade, y al ser inquirido respecto al tema de la posibilidad de un acuerdo bilateral, señaló que eso sería sólo en el caso más extremo, en la eventualidad de que la opción fuera no tener ningún acuerdo o uno bilateral.
Sin embargo, insistió que no es un tema que hoy esté siendo considerado por el equipo de AMLO.
Está muy claro que la afirmación de Trump fue un recurso para tratar de ablandar a Canadá, diciéndole que, si no quiere alcanzar un acuerdo, entonces EU voltearía sólo hacia México.
Esta estrategia no sólo deriva de la preferencia de Trump por los acuerdos bilaterales, sino claramente de la búsqueda de un esquema de negociaciones en donde Estados Unidos pueda colocarse en una posición de fuerza.
El asunto no va a acabar con la declaración del presidente de EU esta semana. Se buscará seducir al virtual presidente electo de México señalando que la relación que se pueda establecer entre los dos jefes del Ejecutivo será mucho mejor que la que existe ahora, lo que en teoría podría permitir tener mayores logros en temas de interés para México como los asuntos migratorios.
Ya se informó que el próximo jueves 26 de julio funcionarios mexicanos viajarán a Washington, cuando se reactiven las negociaciones del Tratado. No se ha precisado aún si estarán presentes en esa reunión integrantes del equipo de AMLO, específicamente Jesús Seade y/o Graciela Márquez. Sin embargo, no sería raro que estuvieran en calidad de invitados.
Y, adicionalmente, ayer, la canciller Freeland, de Canadá, anunció un viaje a México el próximo 25 de julio para entrevistarse tanto con funcionarios del gobierno como con el equipo de AMLO.
El gobierno de Trump está en una coyuntura en la que le conviene cerrar frentes. Y la renegociación del TLCAN es uno de los que tiene al alcance.
Hoy el ambiente parece favorable y no se descarta llegar a un acuerdo, al llamado ‘apretón de manos’, en septiembre u octubre.
Pero, hay que andarse con tiento porque al mismo tiempo se amaga con aplicar aranceles a los autos importados a EU, lo que sería un golpe duro y seco a México y Canadá.
No hay que perder de vista que el presidente de Estados Unidos no es un político del que México pueda fiarse.
Hay que seguir en la mesa, negociando, pero sin dejarse engañar por los guiños que Donald Trump ha enviado.