Quienes creen que, prácticamente, ya están decididos los resultados de las elecciones de 2018, tendrán que revisar con detalle las cifras que están revelando las últimas encuestas y que hablan de que estamos en un ambiente en el que está dándose una enorme volatilidad de las intenciones de voto.
En los resultados que presentó El Financiero el lunes pasado, el cambio más dramático es el incremento de la intención de voto que obtuvo Margarita Zavala, de 7 puntos como candidata independiente, frente al descenso de 6 puntos de un posible Frente del PAN-PRD-MC, con Ricardo Anaya como candidato.
El que se presenten estos cambios en un solo trimestre indica que los electores están en un estado de ánimo en el que pueden mover sus preferencias con mayor facilidad que en otras circunstancias.
Algunos dicen que hay volatilidad en casos inéditos en la elección presidencial, como la participación de los independientes o de un candidato común del PAN y PRD, hecho que nunca se ha presentado en este tipo de elección.
Y también hay quien dice que, en el caso de fuerzas políticas como Morena o el PRI, la tendencia es que mantengan su voto estable.
Es cierto que las intenciones de voto a escala nacional de las fuerzas encabezadas por AMLO y de las del partido en el gobierno, tienden a ser menos movedizas.
Sin embargo, también se pueden inclinar en los dos sentidos.
En el caso de Morena, no se puede estar seguro de que ya haya llegado al techo su intención de voto. Será muy relevante observar qué es lo que pase con el Frente porque, hay una reserva de votos de izquierda que eventualmente podrían moverse hacia AMLO y Morena, si no se dirigen al Frente o en su caso al PRD.
Pero también va a ser importante ver qué hace AMLO como candidato presidencial. Ya en 2006 se vio que puede desplomarse por actitudes en la campaña que le alejan votantes indecisos.
En el caso del PRI, es probable que, tras la definición del nombre de su candidato presidencial, haya un aumento en la intención de voto.
Y, claro, la evolución de esa intención dependerá de la capacidad de atraer a votantes que hoy están indecisos.
El PRI sabe que, contar exclusivamente con los votantes priistas no le alcanza para ganar. El movimiento de la intención de voto hacia ese partido dependerá de la habilidad para atraer a electores que hoy no saben por quién votar o crear el escenario en el que se vea en el PRI a un voto útil, si los electores están en contra de AMLO, y si otras fuerzas políticas no aparecen con posibilidades de ganar.
No sólo en México, sino prácticamente en todo el mundo, estamos presenciando una enorme volatilidad de las intenciones de voto, lo que anticipa que veamos en el curso del primer semestre del 2018, volteretas en la intención de voto.
Y, esto sin mencionar que uno de los factores que actuará como en telón de fondo muy importante es lo que suceda en nuestra relación con Estados Unidos.
Lo que suceda con el TLCAN y con el conjunto de temas bilaterales, como la migración o la seguridad, influirá también de manera importante en la intención de voto durante el próximo año.
Ningún candidato, aunque tenga años y años de campaña, como AMLO, tiene la victoria asegurada.