Hay un legado que deja AMLO del que pocas veces se habla: las oportunidades que perdimos en esta administración que está a punto de terminar.
Hay diferentes maneras de medir el costo que ello generó, pero creo que una muy sencilla es dimensionar el crecimiento que no tuvimos.
El crecimiento acumulado de la economía en este sexenio será del orden de 5 por ciento para todo el sexenio, algo así como 0.8 por ciento al año.
Solo en el periodo de Miguel de la Madrid (1982-1988) las cosas habían sido peores, pues entonces hubo decrecimiento de -0.2 por ciento.
Un argumento que a veces esgrimen los partidarios de Morena es que es injusto comparar sexenios en los que las circunstancias fueron tan diferentes, pues a AMLO le tocó lidiar con la pandemia, que afectó a todas las economías del mundo.
Hay razón en esa consideración, por lo que debe contrastarse el desempeño de la economía mexicana con el que tuvo la economía norteamericana, que es nuestro principal socio comercial.
Pues resulta que, al hacerlo, encontramos que, durante los años del gobierno de López Obrador, el PIB en Estados Unidos creció en 13.8 por ciento, es decir, 8.8 puntos porcentuales por arriba del de México.
Veamos qué ocurrió en sexenios previos.
En el de Enrique Peña, el PIB creció también más en EU, pero solamente en 3.5 puntos porcentuales.
Con Calderón, las cosas fueron al revés, la economía mexicana creció más que la de EU en 2.4 puntos porcentuales.
Y, con Fox, el crecimiento de EU fue 5.2 puntos porcentuales superior al de México.
En los tres sexenios previos al gobierno de López Obrador, EU creció en promedio 2.1 puntos porcentuales más que México, en cada uno de ellos.
Es decir, podríamos señalar que el “efecto AMLO” en el crecimiento de la economía se tradujo en una pérdida de 6.7 puntos porcentuales en el crecimiento del PIB.
En otras palabras, si la tendencia del periodo 2000-2018 se hubiera mantenido, el valor del PIB sería hoy superior en 2 billones 300 mil millones de pesos al que tendremos al término de la actual administración.
En esa cifra se puede estimar realistamente el costo global de las políticas de AMLO sobre la economía mexicana.
Es difícil calibrar los costos de oportunidad que las políticas públicas generan, pero creo que existen.
Recuerde usted, por ejemplo, la cancelación de la obra del Aeropuerto de Texcoco o el hecho de que varias de las megaobras del sexenio hayan resultado mucho más costosas que lo previsto.
Pero quizás lo más relevante de todo son los proyectos que no se realizaron.
En pocas etapas recientes del entorno internacional, México había tenido tantas oportunidades como las que surgieron a partir de 2021, tras el fin de la pandemia.
La relocalización industrial o nearshoring es de esas circunstancias que se presentan solo una vez en muchas décadas y México era quizás el país mejor ubicado en el mundo para poder aprovecharlo.
Si se hubiera tenido una política realmente amigable para la recepción de inversiones, quizás las cuentas que estaríamos haciendo serían hoy de decenas de miles de millones de dólares de inversión extranjera nueva.
En este balance no incluí el efecto que las políticas de esta administración tuvieron sobre el capital humano, especialmente en salud y educación.
Si se sumaran, las cifras del costo de esta administración serían mucho mayores.
El reto que tiene el gobierno que comenzará la próxima semana será… revertirlos.
Ojalá que en la administración de Claudia Sheinbaum no se piense que un legado de AMLO que hay que cuidar es su capacidad de destruir la economía.