Opinión

Diálogo ciudadano, lo que falta en la reforma eléctrica

Reforma energética. | Aunque existe un apoyo mayoritario, predomina la desinformación sobre la iniciativa presidencial | Fuente: Shutterstock


En la discusión de la iniciativa de reforma eléctrica que promueve el gobierno en curso, debemos extender el diálogo a más voces para incluir diferentes perspectivas a la conversación. 

Lo que hemos visto en los ya ocho foros del Parlamento Abierto son dos monólogos paralelos con poco espacio para la reflexión y crítica. Dado el alcance de una reforma constitucional en un sector estratégico como el eléctrico, a las juventudes nos interesa ampliamente cómo impactará nuestro futuro.

En el desarrollo de tales foros muchas preguntas han quedado sin respuesta y otras más carecen de contexto o explicación. Por ejemplo, el diputado Héctor Ireneo Mares Cossío, del grupo parlamentario de Morena, preguntó cuál era el ranking de México en emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), cuáles serían los beneficios para el mundo si México dejara de emitir y cuál sería el costo de hacerlo. ¿Qué respuestas hay? 

Dado que ya atravesamos una crisis climática a nivel global, confirmado por el sexto y más reciente reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático donde enfatizan que todo el planeta está sufriendo las consecuencias, una respuesta amplia y sustentada resulta clave para continuar un diálogo informado y productivo.


De casi 200 países en el mundo, según datos y análisis del World Resources Institute (WRI), México ocupa la posición 12 como la nación que más GEI emitió en 2020, equivalente a 674.8 millones de toneladas de dióxido de carbono (Mt de CO2eq). Esto representa aproximadamente 1.42% de las emisiones globales, lo cual se utiliza para argumentar que México emite “poco”. 

Es importante subrayar que, de acuerdo con las herramientas del WRI, México supera a casi 180 países en emisiones totales, posicionándose consistentemente entre los 20 países con mayores emisiones o dentro del top 10% a nivel global.

La reforma eléctrica que se discute no impulsaría las energías limpias, ni disminuiría el uso de combustibles fósiles a la velocidad que requiere la ciencia para alcanzar 50% de reducción de emisiones para 2030 y cero-neto para 2050. Esto ignora la demanda por justicia climática e intergeneracional del movimiento climático juvenil a nivel global.

En cambio, diversas instituciones expertas en cambio climático aseveran que la reforma eléctrica propuesta en sus términos actuales aumentaría las emisiones de GEI y retrasaría la transición energética y la descarbonización del sector energético por años, sino es que décadas.

En un mundo azotado por escasez de agua, sequías, incendios forestales, huracanes, inundaciones y migraciones climáticas que ponen en riesgo a miles de millones de personas, cada décima de grado en el aumento de la temperatura, resultante del calentamiento global, cuenta. 

En el contexto internacional, el mundo no solo se beneficiaría de las reducciones directas de México, sino también de la influencia positiva que tendría el país de retomar el liderazgo que alguna vez tuvo. México no solo cuenta con un marco legal e institucional en el cual apoyarse, con mecanismos de precio al carbono y financiamiento sostenible, además tiene la fortuna de contar con abundantes recursos naturales, los cuales serían la envidia de países europeos como Alemania o España: sol, viento, agua y geotermia. El reporte de Carbon Tracker, El Cielo es el Límite”, estima que México tiene recursos económicamente viables con las tecnologías presentes para satisfacer todas las necesidades energéticas del país decenas de veces.


Aprovechar estos recursos naturales no solo podría acelerar la transición energética en el sector eléctrico nacional, sino en otros sectores y a nivel internacional. Apoyar el cierre temprano de plantas de carbón, especialmente dentro del G20, ayudaría a cumplir con la ruta hacia cero emisiones planteada por la Agencia Internacional de Energía (IEA). En la lucha contra la crisis climática, en especial tras el cambio de último minuto en la COP 26 en Reino Unido, dejar de quemar carbón y electrificar el sector transporte son de máxima prioridad. México se encuentra en una posición idónea y estratégica para impulsar y beneficiarse de ambos cambios.

Y, para México, los beneficios serían tener una economía baja en carbono, que nos permitiría aprovechar el auge de industrias en crecimiento.

En la discusión de la reforma, dentro y fuera de los foros, se requiere el diálogo y la colaboración de diversos sectores de la sociedad: instituciones públicas, privadas, la academia y la sociedad civil. Esto debemos buscar crear durante los foros restantes del Parlamento Abierto para tomar las decisiones informadas y consensuadas, que beneficien a todas las personas del país, de manera equitativa y justa.

NOTA EDITORIAL

Jorge Martínez es Ingeniero por la Universidad de Pensilvania, con Especialidad en sistemas energéticos y sostenibilidad. Activista climático, miembro activo de los colectivos juveniles Comunidad 4.0, Ciudadanos por un Clima Vivible y YOUNGO. Expunto focal del ODS 7 para América Latina y el Caribe del Grupo Mayor de Infancias y Juventudes de la ONU. Asistente en la COP 25 y la COP 26. Consultor independiente de energía y movilidad.


Jorge Martínez 31.11.2022 Última actualización 31 enero 2022 13:11

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