La primera crisis política y de seguridad se suscitó sorpresivamente a 24 días de que Andrés Manuel López Obrador asumiera la Presidencia de México. La trágica muerte de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y su esposo, el exgobernador y senador Rafael Moreno Valle, pone a prueba al Presidente y su gobierno.
Y si AMLO se equivoca en el manejo de esta crisis podría impactar al resto del sexenio del nuevo Presidente y su capacidad de gobernar.
Quiero ser muy clara con mis argumentos en este espacio: no estoy acusando ni insinuando que el presidente López Obrador o su gobierno estén involucrados en la muerte de la primera gobernadora panista o del senador, quien fuera jefe de bancada.
Lo que sí quiero subrayar es que CUALQUIERA que sea el motivo que llevó a la caída del helicóptero de Alonso y Moreno Valle, el Presidente necesitará de un extraordinario manejo de crisis por parte de él y su equipo. Y no está claro que el presidente López Obrador y el equipo posean esa capacidad, de asegurar que la muerte de la gobernadora y su esposo no tenga un impacto sexenal.
Que le pregunte Andrés Manuel a Enrique que tan incómodo y frustrante es que en eventos nacionales e internacionales le estén gritando “¡asesino!”. Enrique Peña Nieto y su equipo claramente fracasaron en el manejo político y penal de la investigación de la desaparición y probable asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Este crimen fue lo que marcó el sexenio de Peña. La misma canciller Angela Merkel le recordó a Peña, en Alemania y en México, la importancia de resolver este caso con transparencia, claridad y sobre todo con una investigación con credibilidad. Durante la misma toma de protesta de AMLO como Presidente se lo recordaron a Peña, contando en alto hasta 43, los legisladores de Morena. Esta inimaginable tragedia tuvo un efectivo uso político-electorero que claramente supo aprovechar AMLO y Morena hasta el último momento que fue presidente Peña.
Le gritaron “¡asesina!” a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y otros miembros del gabinete de AMLO, que estuvieron presentes durante el homenaje luctuoso de la gobernadora y su esposo el exgobernador. Esto es una señal de las dificultades que tendrán para asegurar una investigación que tenga credibilidad. La información inicial, que se proporcionó horas después de la caída del helicóptero, era que el aparato y el piloto habían sido recientemente “certificados”, y que el clima no fue un factor que explicase el siniestro. También salieron los peritos mexicanos a asegurar que el helicóptero no tenía señales de explosivos. Algo ajeno al piloto y mantenimiento del helicóptero produjo su caída y muerte de los pasajeros. Hay que seguir de cerca los siguientes factores que definirán el impacto de esta crisis:
Credibilidad. La credibilidad de la investigación está entredicha, pues el encono y uso de lenguaje del Presidente y sus seguidores en contra de los resultados del proceso electoral, fomentan especulaciones y “lastiman a los deudos y la población”; y nos causan “daños a todos”, declaró el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo.
Transparencia. El hecho de que los investigadores y expertos extranjeros no puedan llegar, ya sea por el cierre de gobierno en Estados Unidos y por los festejos navideños, obviamente promueve más dudas de la viabilidad de la investigación. El gobierno ya está poniendo sobre la mesa conclusiones (no hubo explosivos) de la investigación que ya están siendo cuestionadas en las redes sociales.
Liderazgo. Al presidente López Obrador le urge ejercer liderazgo político y exigir un compromiso de civilidad de sus legisladores y seguidores, no sólo ante la muerte de la gobernadora y senador panistas, sino también ante las elecciones que seguramente serán contenciosas, hasta violentas. Necesita tomar una posición firme y contundente, especialmente porque controla las legislaturas federal y de Puebla, además tiene mayoría local.
Crear consensos y acuerdos. Y esto no será fácil ante la desconfianza que hay por parte de la oposición, especialmente por el PAN. El acercamiento con los líderes del partido es ahora urgente.
Costos políticos. Esta crisis probablemente afectará el futuro político de algunos de los secretarios. La pregunta es ¿cuál?, y si estará dispuesto a mandar a la lona, o asumir los costos políticos por no mandar a la lona a algún funcionario, protegiendo a personas de su círculo cercano, como lo hizo Peña Nieto.
Seguridad. Obviamente estas muertes tendrán que ser un recordatorio de la importancia de la seguridad, no sólo de los gobernadores, sino del mismo Presidente. El helicóptero era de uso comercial, sin probablemente ningún procedimiento especial para funcionarios que posiblemente estaban amenazados. Urge proteger a los gobernadores y al Presidente