La popularidad del presidente López Obrador se mantuvo estable en octubre, registrando 60 por ciento (El Financiero, 3 noviembre 2021), con todo y que ese mes hubo aspectos que pudieron haber golpeado la imagen del mandatario.
Uno fue la serie de críticas que AMLO lanzó a la UNAM, las cuales no parecen haber encontrado un eco favorable entre la opinión pública: la principal respuesta fue el desacuerdo con el Presidente. El rechazo fue más o menos generalizado, aunque fue más notable entre quienes han tenido algún vínculo con la UNAM, así como entre el segmento con nivel de estudios universitarios. Ahí calaron más los dichos del Presidente; pero su popularidad no bajó.
El otro aspecto fue la difusión, en redes sociales, de imagenes del exdirector de Pemex Emilio Lozoya en un restaurante de la Ciudad de México, el Hunan. Las imagenes generaron una percepción negativa hacia la fiscalía y hacia los esfuerzos del gobierno de AMLO contra la corrupción. Es probable que las percepciones hayan cambiado luego de que se dictara la prisión preventiva para Lozoya, pero al momento de la encuesta, el affaire Hunan no parece haber afectado la popularidad del Presidente.
Si consideramos que el tema de la corrupción y las críticas a la UNAM son particularmente importantes para las clases medias profesionistas, podríamos suponer que las críticas recientes del Presidente a los movimientos feminista, ecologista, de derechos humanos y derechos animales, que ya no entraron a la encuesta, podrían formar parte de la corriente de opinión desfavorable que se dio en octubre y que, sin embargo, no afectó la popularidad de AMLO. El Presidente ha articulado un discurso que adoptan sus bases pero que cala negativamente entre los segmentos más escolarizados del país.
Ante todo esto se da un fenómeno muy interesante que se observa en la encuesta: los públicos usuarios de las redes sociales tienden a rechazar más los dichos del Presidente, pero también a apoyarlos más. Los primeros son más propensos a tomar postura que los no usuarios; además, aprueban más al mandatario (¡benditas redes sociales!).
La encuesta de El Financiero indica que la aprobación al Presidente entre usuarios y no usuarios de Facebook es de 62 y 54 por ciento, respectivamente: una brecha de 8 puntos. Los usuarios de Facebook, que representan el 72 por ciento de los entrevistados, expresan más apoyo y más rechazo a las críticas del Presidente a la UNAM que quienes no usan Facebook. Hay más polarización entre los usuarios de la red social. Asimismo, los usuarios de Facebook se enteraron más que los no usuarios de las críticas a la UNAM y de las fotos de Lozoya en el Hunan. Entre usuarios de Twitter (33%) se repite ese patrón.
Estos resultados podrían sonar muy alentadores para quienes buscan vínculos entre el uso de redes sociales y polarización política, pero hay un detalle a considerar: el efecto de polarización puede no deberse al uso de las redes sociales en sí, sino a contar con una mayor información.
De hecho, la encuesta indica que quienes siguen las noticias por la radio o los periódicos se enteraron más de los temas UNAM y Hunan que los usuarios de redes sociales. A su vez, estos últimos se enteraron más de esos eventos que aquéllos que siguen las noticias en televisión o por medio de pláticas con otros.
Dada la tendencia de la gente a utilizar múltiples medios para informarse, resulta muy difícil delimitar públicos mediáticos específicos, pero la encuesta revela que el efecto informativo de radio y periódicos bien podría sobrepasar al de las redes sociales hoy en día. En ese sentido, las benditas redes parecen estar sobrevaloradas. Aunque, repito, la aprobación al Presidente entre usuarios de redes sociales (65%) es significativamente más alta que entre no usuarios (52%).
Como dije, más que ser un efecto particular de las redes sociales, podría tratarse de un efecto más general de niveles de información. La aprobación presidencial es casi 10 puntos porcentuales más alta entre quienes siguen las noticias con mucha o algo de frecuencia por cualquier medio de comunicación (64% en promedio) que entre aquéllos que siguen las noticias con poca o nula frecuencia (55%). Hoy en día, los públicos más informados aprueban más al Presidente.
Es notable que en el mes de octubre algunos vientos de opinión desfavorable en temas específicos como la UNAM o el Hunan no se hayan traducido en bajas en la popularidad de AMLO. El Presidente puede no tener los niveles de popularidad del inicio de su sexenio, pero sigue gozando de un fuerte efecto teflón.