La palabra “populista” se ha vuelto común en la retórica política mexicana. Su uso generalmente tiene la intención de descalificar a algo o a alguien, bajo la premisa de que ser populista es malo.
Pero, ¿en realidad los mexicanos ven mal al populismo o, por el contrario, lo ven bien?
La reciente encuesta nacional que hicimos en El Financiero el pasado mes de junio a mil 200 mexicanos adultos, formuló una pregunta cuyos resultados muestran una marcada división de opiniones respecto al populismo.
La encuesta planteó la siguiente pregunta: “En su opinión, ¿tener un líder populista es bueno o es malo?” El 43% respondió que es bueno, mientras que 45% dijo que es malo.
Si dejamos de lado al 12% que respondió “no sabe”, prácticamente la imagen positiva y la imagen negativa del populismo van por mitades.
Estos resultados sugieren que llamar a alguien populista no necesariamente tiene un efecto debilitador. El efecto podría ser incluso contrario: llamar a alguien populista podría reforzar las simpatías hacia esa persona.
¿Quiénes ven más positivo tener a un líder populista? De acuerdo con la encuesta, los jóvenes menores de 30 años son más abiertos a la idea de tener un líder populista que sus mayores. Esta división generacional no es muy marcada, pero sí notable.
La aceptación del populismo alcanza 47% entre los menores de 30 años y 40% entre los mayores de 50.
Si desagregamos esos datos por niveles de escolaridad, quizás haya la expectativa de que el rechazo al populismo es más amplio entre los mexicanos con mayores niveles de escolaridad, pero no es así.
Quienes tienen estudios universitarios piensan que el populismo es bueno casi en la misma proporción que quienes tienen estudios básicos.
La postura ante el populismo parece estar más ligada a las orientaciones partidarias de los mexicanos. Los seguidores de Morena son los que menos rechazan la idea de tener un líder populista, pero los priistas y los perredistas aceptan el populismo casi a la par que los morenistas. En contraste, quienes más califican negativamente un liderazgo populista son los panistas y, con mayor énfasis aún, los apartidistas.
La imagen que se tiene del populismo se conecta bastante bien con la intención de voto. Consideremos el careo de punteros en el que se enfrentan en la elección presidencial Miguel Ángel Osorio Chong, del PRI; Margarita Zavala, del PAN; Miguel Ángel Mancera, del PRD; Andrés Manuel López Obrador, de Morena, y Jaime Rodríguez, El Bronco, como independiente.
Entre los mexicanos que opinan que el liderazgo populista es bueno, AMLO tiene una ventaja de 8 puntos sobre Zavala y de 10 sobre Osorio.
El morenista es el primer lugar indiscutible entre ese segmento de propopulistas.
Pero entre los mexicanos que opinan que es malo tener un líder populista, Zavala lleva el liderato con 7 puntos de ventaja sobre Osorio y 8 sobre AMLO. La panista es la líder de los antipopulistas, por lo menos al momento de hacer el estudio.
Lo cierto es que la postura ante el populismo es un factor diferenciador del voto.
Por ello, atacar a AMLO de populista no necesariamente lo debilita, así como tampoco se excluye la posibilidad de que los priistas vean bien tener a un candidato populista propio.
Estos resultados de encuesta sugieren que los políticos y los comentaristas políticos que utilizan de manera recurrente el término “populista”, bajo la premisa de que todos lo entienden negativamente, harían bien en replantear sus expectativas.
No hay un consenso entre la opinión pública respecto a si el populismo es bueno o malo, sino una marcada división.
Si casi la mitad de mexicanos ve bien tener un líder populista y la otra mitad lo ve mal, y eso se conecta con las preferencias electorales, se trata de una división que habrá que seguir de aquí a julio de 2018.