Opinión

Alejandro Moreno: El poder de las encuestas

En las urnas. | El voto sigue siendo un enigma fascinante | Fuente: Nación321


En temporada de elecciones, a los encuestadores nos suelen hacer varias preguntas de manera reiterada. Entre las más comúnes están “¿quién va ganar?”, “¿por qué fallaron las encuestas?” y “¿cómo influyen las encuestas al electorado?”

La primera pregunta, por más que tratemos de responderla con cautela, siempre termina en algún pronóstico. Respecto a la segunda pregunta, el error es inherente a las encuestas y la profesión siempre ofrece posibles explicaciones, en especial cuando el error es grande. 

La semana pasada comenté aquí el reporte Task Force de AAPOR sobre el error histórico de las encuestas en 2020, en el cual se descartan algunos aspectos que podrían haber incidido en las estimaciones, pero no se logra una explicación concisa y comprobada sobre qué falló. Resulta muy difícil explicar las fallas.

Para la tercera pregunta se emplean algunas respuestas estándar derivadas de la literatura especializada, tales como “no hay evidencia contundente de que las encuestas influyan a los votantes”, o “la evidencia ha sido mixta”. También se recurre al famoso bandwagon effect, que se refiere a que ciertos segmentos del electorado apoyan a quien va adelante en los sondeos: subirse al carro ganador. Respecto a esta tercera pregunta hay una novedad editorial que vale la pena comentar.

Hace unos días Cambridge University Press promovió en sus redes sociales un libro titulado The Power of Polls?: A Cross-National Experimental Analysis of the Effects of Campaign Polls (algo así como ¿El poder de las encuestas? Un análisis experimental comparativo sobre los efectos de las encuestas electorales), publicado en 2021 (Jason Roy, Shane P. Singh y Patrick Fournier, autores). La versión electrónica del libro estuvo abierta para descargarse sin costo, así que aproveché la ocasión, lo revisé y ahora me permito hacer algunas observaciones en este espacio.

La pregunta de cómo influyen las encuestas es importante, ya que el número de encuestas electorales que se publican ha ido al alza y también porque los partidos y sus candidatos difunden encuestas para tratar de influir en el estado de ánimo y las preferencias de sus votantes. ¿Funciona? El libro nos ofrece algunas respuestas derivadas de experimentos en Argentina, Australia, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y Nueva Zelanda.

Entre los hallazgos principales que se reportan destaca que: 

1) La exposición a resultados de encuestas reduce la búsqueda de otra información política; 

2) el efecto de las encuestas en la decisión de voto es limitado; 

3) no obstante, ver resultados de encuestas reduce el apoyo de los partidos con menor apoyo y aumenta el apoyo al segundo lugar; 

4) el efecto bandwagon no se observa entre partidistas, pero sí entre apartidistas; 

5) el efecto bandwagon es más marcado cuando la ventaja del primero sobre el segundo es más amplia; y 

6) los efectos no presentan diferencias dependiendo de qué tanto se les cree a las encuestas. La conclusión general es que todos estos efectos observados son poco significativos. Se dan unos pasitos adelante, pero no despejamos las dudas.

Destaco que el estudio no aborda el posible efecto de las encuestas en la participación electoral. No obstante, las premisas que se derivan son muy interesantes y nos hacen pensar que la mayoría lograda en 2018 a favor de López Obrador en México pudo reflejar un efecto bandwagon entre el electorado apartidista a nivel nacional. Esa misma observación no la podemos hacer para 2012, a pesar de que la mayoría de encuestas públicas ubicaba a Enrique Peña Nieto como puntero. Eso no parece haber generado un efecto bandwagon sin embargo, en parte porque los apartidistas solían ser antipriistas.

Debo decir que se trata de un libro técnico, pero con análisis estadísticos y bases experimentales muy interesantes, con todo y sus limitantes. Los experimentos permiten establecer causalidad, pero no son muy generosos para generalizar. Los efectos observados se limitan a su propio ámbito experimental. También es un libro muy compacto, de apenas 77 páginas, incluidas 18 de ellas destinadas a una rica y extensa bibliografía sobre el tema, muy útil para quienes quieran ahondar en ello.

Espero que esta revisión de un libro especializado sea de interés. Se agradece a las editoriales académicas como Cambridge UP que hagan accesibles estos materiales nuevos de forma gratuita por un tiempo.

Para quienes nos apasiona el comportamiento electoral, el voto sigue siendo un enigma fascinante, y el “poder de las encuestas” en moldearlo parece ser tan sólo un pequeño aspecto a considerar.

Alejandro Moreno 01.49.2021 Última actualización 01 octubre 2021 6:49

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