En su experiencia, ¿las campañas electorales de este año estuvieron más comentadas entre sus familiares, amigos y conocidos, o el nivel de conversación y discusión que tuvo con otras personas fue menor que en otras elecciones anteriores?
A reserva de cuál sea su respuesta, permítame comentarle que las conversaciones políticas durante las recientes campañas presidenciales registraron su nivel más bajo desde las elecciones del año 2006, según revela el nuevo estudio nacional poselectoral conocido como CNEP, o Comparative National Elections Project, una encuesta académica que se realiza en diversos países después de las elecciones nacionales y que se ha realizado en México después de cada elección presidencial desde 2006.
Al preguntar a las personas con qué frecuencia hablaban sobre las campañas electorales, la proporción que dijo hablar con los miembros de su familia con frecuencia o algunas veces fue 49 por ciento en este 2024, 12 puntos porcentuales menos que el 57 por ciento observado en 2018 y 16 puntos menos que el 65 por ciento de 2012.
En 2006, la proporción de personas que hablaba sobre las campañas con su familia, ya sea con frecuencia o algunas veces, fue de 56 por ciento. El 2024 es la primera elección desde 2006 en que la proporción de quienes discutieron las campañas con su familia estuvo por debajo de la mitad de la población entrevistada.
Pero eso no es todo. La conversación política también bajó en otros ámbitos de discusión: quienes dijeron haber hablado de las campañas con sus amigos fue 31 por ciento este año, comparado con 43 por ciento en 2018 y con 52 por ciento en 2012.
Por otra parte, la conversación política con compañeros de trabajo registró apenas 17 por ciento, casi la mitad de 31 por ciento observado en 2018 y de 37 por ciento de 2012.
La conversación política con vecinos también registró 17 por ciento este año, comparado con 30 y 31 por ciento que el estudio documentó para los dos procesos electorales presidenciales previos. Todos esos indicadores de discusión política bajaron.
¿Qué pasó? ¿Acaso las campañas presidenciales de este año no fueron tan interesantes como antes? ¿Tiene algo que ver el cambio generacional o el cambio tecnológico?
Cualquiera que sea la razón, las campañas políticas de 2024 parecen haber motivado menos al electorado a discutir y a conversar sobre política, sobre las candidaturas, sobre los partidos, los debates, los ataques o cualquier temática relativa a los esfuerzos por ganar el voto.
Esta baja en la discusión política puede tener varias interpretaciones, así como distintas implicaciones. Al parecer, no se trata meramente de una pérdida de interés en los asuntos políticos, por lo menos no es el caso si se compara 2024 con 2018: en ambos años, la encuesta CNEP registró 36 por ciento de personas que dijeron estar muy interesadas en política. Tanto en 2006 como en 2012, 48 por ciento dijo estar muy o algo interesado en política, un nivel mayor, pero no parece haber bajado de 2018 a 2024.
Por ello, la caída en la conversación política parece reflejar algo más que un creciente desinterés. Quizás tenga algo que ver con la oferta de información y no solamente con la demanda: como se mencionó anteriormente, las campañas de 2024 parecen haber sido menos efectivas en enganchar a las y los electores en discusiones políticas.
Y parece ser el caso particularmente entre electores de menor edad. De acuerdo con la encuesta CNEP 2024, el electorado menor de 30 años de edad mostró el mayor desinterés en este año electoral. (En las elecciones de 2006 y 2012 no hubo diferencias de edad importantes en el grado de interés político, mientras que en 2018 los jóvenes se interesaron más que los mayores).
De nuevo, esto puede verse como un asunto de demanda (falta de interés de una generación nueva poco motivada) o como un problema de oferta (la falla de partidos y candidatos a enganchar y motivar al electorado joven).
Quede ahí el asunto para ir entendiendo qué sucedió en 2024 y cómo se compara con procesos electorales previos.