México tiene una gran variedad de flora y fauna que ha cautivado a turistas e incluso a científicos, algunos de sus animales por su capacidad de habituarse a su entorno o regenerar sus algunas partes de su cuerpo.
Este el caso de los ajolotes, una salamandra con la característica, poco habitual, de conservar sus rasgos larvales en su vida adulta, así como de tener branquias externas, aunque otro de sus rasgos que cautiva a los científicos es su capacidad de regenerar algunas partes de su cuerpo.
Ya que este anfibio tiene la capacidad de regenerar no solo las patas, sino también las branquias, tejidos del ojo, el corazón y su sistema nervioso.
El secreto de este animal puramente mexicano es que cuando pierde un miembro su herida no forma una cicatriz, sino un blastema, es decir, masa de células adultas que regresan a un estado menos diferenciado para crear tejido nuevo.
Sin embargo, este fantástico animal mexicano, está catalogado como una especie endémica en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).