¡Una luz en el túnel!
Y es que, este jueves, un estudio del Reino Unido determinó que la variante ómicron parece ser menos grave, pero más contagiosa que cualquier otra del COVID a la fecha, además un individuo con esta variante tiene entre 50 y 70 por ciento menos de probabilidades de ser hospitalizado, en comparación con la variante delta.
Así lo informó la Agencia de Seguridad Sanitaria (HSA, por sus siglas en inglés) del Reino Unido y señaló que, si bien un refuerzo mejora la protección, su efectividad comienza a disminuir más rápidamente que con delta y es entre 15 y 25 por ciento menor a partir de las 10 semanas posteriores a la tercera dosis.
¡No guardes tus cubrebocas!, ya que la agencia también advirtió que la naturaleza altamente infecciosa de ómicron aún podría conducir a un número significativo de enfermedades graves que colapsen al servicio de salud. Los casos diarios en Reino Unido se dispararon a un nuevo récord este jueves, aumentando la presión sobre el primer ministro, Boris Johnson, quien esta esperando hasta después de Navidad para tomar una decisión final sobre posibles nuevas restricciones.
Johnson se ha visto acorralado por las advertencias de sus asesores científicos sobre los peligros para el sistema de salud y la presión de un gran grupo dentro de su propio partido que se oponen a nuevas restricciones.
La HSA dijo que 14 personas murieron dentro de los 28 días de un diagnóstico con variante ómicron, con edades comprendidas entre los 52 y los 96 años.
“Los casos de la variante siguen subiendo a un ritmo extraordinario”, subrayó el secretario de Salud, Sajid Javid. “Las admisiones hospitalarias están aumentando y no podemos arriesgarnos a que el Servicio Nacional de Salud se vea abrumado”.
Todavía no está claro cómo el efecto decreciente de las vacunas de refuerzo influirá en la protección contra una enfermedad severa. La ronda actual de vacunas de refuerzo aún puede proteger a las personas de ser hospitalizadas o de enfermarse gravemente, incluso cuando la defensa contra las infecciones se desvanece.
Los funcionarios del Reino Unido quieren ver cómo se desarrollan esos datos antes de recomendar una cuarta dosis o avanzar hacia una vacuna modificada para ómicron.