Porque el uso de tabaco desarrolla comorbilidades que complican la COVID-19
Una vacuna experimental para el COVID-19 desarrollada a base de plantas de tabaco podría comenzar los ensayos clínicos en cuestión de semanas a medida que se intensifica la carrera por la inmunización.
British American, el fabricante de cigarrillos Lucky Strike, espera una respuesta de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, del inglés) en cualquier momento, indicó el director de Marketing, Kingsley Wheaton, en una entrevista.
Los fabricantes de tabaco, cuyos productos están relacionados con el daño pulmonar, se han lanzado a la carrera para desarrollar una vacuna contra el coronavirus, una pandemia que se transmite principalmente por gotas respiratorias.
Medicago, una compañía de biotecnología en parte propiedad del fabricante de cigarrillos competidor Philip Morris International, también está desarrollando una vacuna a base de plantas que podría estar disponible en la primera mitad de 2021, si tiene éxito.
Hay 24 posibles vacunas en ensayos clínicos, aunque la tasa de éxito de dichos programas es normalmente del 10 por ciento, explicó la semana pasada la principal científica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan.
La filial de BAT, Kentucky BioProcessing, utiliza plantas de tabaco en la elaboración de su vacuna experimental, que se deriva de la secuencia genética de SARS-COV-2, el virus que causa el COVID-19. Según BAT, los elementos de la vacuna se acumulan en las plantas de tabaco en seis semanas, mientras que otros métodos tardan meses.
Con información de Bloomberg