Porque de hecho el bloqueo podría significar una violación a la Constitución de EU
Decenas de usuarios fueron bloqueados por Donald Trump, incluso a una mujer por solo ponerle un GIF.
La activista Holy O'Reilly se percató que ella y varios tuiteros fueron "baneados" por el presidente de los Estados Unidos, de acuerdo con un artículo que escribió en The Washington Post. ¿Pero por qué?
Esta mujer aseguró que le gustaba leer y responder los mensajes de Trump, incluso tenía activadas las notificaciones. Un buen día simplemente quiso responder con un GIF en el que se ve al Papa Francisco haciendo un gesto al magnate. En su tuit señala que así como lo ve el líder católico, así lo mira el mundo entero.
Desde luego, Holly no era una "big fan" de Trump. Eso lo puedes comprobar viendo su timeline, pero no solo le pasó a ella.
El usuario Steve Benko relató en Medium que fue bloqueado por Trump por criticar algunas de sus decisiones, pero sobre todo, a Trump quizá le molestó que le hayan dicho "poco calificado" pero de una forma más cruda.
Historias como estas se vieron en Twitter desde el viernes pasado.
TRUMP PODRÍA VIOLAR LA PRIMERA ENMIENDA
Los dos casos anteriores solo son un par de ejemplos de otras situaciones que se dieron a conocer la semana pasada. Pero no se trata de algo simplemente curioso.
De hecho, cuando Trump bloquea a personas en Twitter está violando el derecho a la libertad de expresión.
Una carta enviada al presidente por el Knight First Amendment Institute sostiene que el feed de Trump en Twitter es un "foro público designado" y no es diferente de un consejo de la ciudad o una reunión del consejo escolar.
La Primera Enmienda de la Constitución impide que el gobierno censure a individuos en tales foros, basados en sus opiniones, de acuerdo con este instituto, cuyo propósito es defender las libertades de opinión y prensa.
Finalmente, se le pidió a Trump que desbloquee a ciudadanos como Holly, quienes por tener opiniones diferentes a las de Trump tendrán no solo que evitar emitir sus opiniones sino incluso no recibir información de sus representantes, en este caso el del presidente de los Estados Unidos.