El acceso a Machu Picchu, en Perú, una de las siete maravillas del mundo moderno, se mantiene restringido debido a una protesta que amenaza con extenderse en caso de que no sean atendidas las demandas de manifestantes de evitar la "privatización" de este importante punto turístico de Sudamérica y el mundo.
Diferentes sectores del turismo en este punto de Cusco, Perú, se unieron para expresar su total rechazo a que la empresa privada Joinnus sea la encargada de administrar el boletaje de acceso a este destino.
Desde que se supo el cambio en la gestión de las entradas, los manifestantes han bloqueado los accesos y acusan a la ministra peruana de Cultura, Leslie Urteaga, de permitir la comercialización del boletaje a un ente privado, sin que superara un proceso de licitación pública.
Cientos de visitantes se han quedado varados en espera de poder acceder a la zona, mientras el paro indefinido amenaza con extenderse y con seguir afectando al sector.