Porque a Trump le quedan más de tres años y su gobierno ya luce desgastado
El brazo de derecho de Trump, el hombre ultraconservador que ascendió desde la campaña del magnate hasta ser jefe de Estrategia en la Casa Blanca, fue despedido este viernes por el presidente estadounidense.
La partida de Steve Bannon es especialmente significativa, ya que muchos lo veían como el vínculo de Trump con su base de electores más comprometidos y el protector de la agenda conservadora que impulsó al magnate a la Casa Blanca.
Sin embargo, este exdirector del portal de ultraderecha Breitbart News no ha sido el único que ha corrido con tal suerte, pues en exactamente siete meses de gobierno, el magnate ha movido varias veces las piezas en su gabinete, piezas que en algún momento criticaron el sistema gubernamental y se comprometieron a hacer algo diferente por el país más poderoso del mundo. Te presentamos las bajas más extrañas del gabinete de Trump.
MICHAEL FLYNN
El pasado 14 de febrero, el general retirado Michael Flynn renunció a su cargo de consejero de Seguridad Nacional, acosado por una polémica sobre las conversaciones que tuvo en diciembre de 2016 con el embajador ruso en Washington.
En su carta de dimisión, Flynn admitió que "transmitió sin querer al vicepresidente electo y a otros información incompleta sobre sus conversaciones telefónicas con el embajador de Rusia" en Washington, Sergei Kislyak.
Flynn negó en un principio haber conversado con Kislyak y luego se contradijo cuando fue cuestionado sobre sus pláticas con el diplomático ruso, incluso involucró en el tema al vicepresidente Mike Pence, quien lo defendió en varias oportunidades.
El general retirado fue uno de los primeros asesores de Trump en su campaña presidencial, pero su nombramiento como consejero de Seguridad Nacional no logró el apoyo unánime dentro de la Casa Blanca.
Karma: en julio de 2016, Michael Flynn dijo durante la Convención Nacional Republicana que había que meter a la cárcel a Hillary Clinton, entonces candidata demócrata a la Casa Blanca, porque la exsecretaria de Estado supuestamente utilizó su correo personal para enviar mensajes que contenían secretos de Estado.
"No necesitamos a una presidenta sin cuidado que piense que está por encima de la ley, enciérrenla, estoy utilizando el hashtag #NuncaHillary, le he pedido a la candidata demócrata que no participe en las elecciones porque puso en riesgo la seguridad de la nación al usar su correo personal. Si yo hubiera hecho una décima parte de lo que Hillary Clinton hizo, yo estaría en la cárcel hoy", dijo Flynn en 2016.
James Comey, director del FBI y uno de los factores para que Donald Trump venciera a Hillary Clinton, pasó de ser aliado a un enemigo del presidente de EU.
En 2015, el FBI abrió una investigación contra Hillary Clinton por supuestamente utilizar de forma indebida su correo personal para tratar asuntos de seguridad nacional cuando se desempeñó como secretaria de Estado, entre 2009 y 2013.
El caso se cerró al iniciar las campañas presidenciales de EU. Sin embargo, el 28 de octubre 2016, justo unos días antes de los comicios, Comey reabrió la investigación.
Una semana después, James Comey anunció que revisó los correos y seguía pensando que Clinton no debería ser procesada, pero el daño político ya estaba hecho y eventualmente Clinton perdió la Casa Blanca.
Ese movimiento seguro consagró a Comey con Trump, ¿verdad?
Karma: el pasado 20 de marzo, Comey y su equipo informaron que investigaban los nexos rusos con el equipo de campaña de Trump.
Pero el 9 de mayo pasado, mes y medio después de que Comey anunciara la investigación del caso ruso, el director del FBI fue despedido por el mandatario estadounidense.
En un comunicado, Trump dijo que esa acción “marcaría un nuevo comienzo” para el FBI.
La cosa no terminaría ahí. El Congreso de Estados Unidos sospechó de la decisión de Trump y citó a James Comey a declarar el pasado 8 de junio.
En la comparecencia, Comey denunció que Trump le pidió desechar la investigación de la agencia al exasesor de seguridad nacional Michael Flynn en medio de la investigación sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones de 2016.
El exfuncionario aseguró que Trump le dijo en una reunión en febrero en la Casa Blanca: "Espero que vea la forma para dejar que esto pase".
SPICER
Quizás la figura más mediática del gabinete de Trump, Sean Spicer pasó de ser un criticado vocero de la Casa Blanca a uno de los favoritos de los medios, al menos de los programas de humor como Saturday Night Live.
Spicer, un republicano de cepa que se dedicaba a diseñar estrategias de comunicación para los candidatos de dicho partido, tuvo una serie de desencuentros con los periodistas por defender constantemente a Trump ante las declaraciones sin sentido que en ocasiones daba el presidente de EU.
"Quiero asegurarme de tener una buena relación con los medios", aseguró Sean Spicer, días antes de asumir su cargo, en enero pasado. Pero nada más alejado de la realidad.
Por ejemplo, en marzo pasado April Ryan, una periodista de American Urban Radio Networks, le preguntó a Spicer cómo le hará el presidente Donald Trump para lavar su imagen ante los medios por las supuestas conexiones entre el magnate y autoridades rusas.
Karma: finalmente el pasado 21 de julio, Spicer renunció a su cargo luego de que criticara la decisión de Donald Trump de contratar a Anthony Scaramucci como director de comunicaciones de la Casa Blanca.
Ni hablar, los estadounidenses seguro extrañarán la personificación que Melissa McCarthy hacía de Spicer.
SCARAMUCCI
A quién quizás le cayó el karma de manera rápida y abrupta fue al inversionista de Wall Street Anthony Scaramuccci, que apenas hace 10 días había logrado llegar a su trabajo de ensueño: director de comunicaciones de la Casa Blanca.
Esto pese a ser bloqueado por rivales políticos, incluyendo al exjefe de gabinete de Trump, Reince Priebus.
Scaramucci irrumpió en la escena política de Washington el pasado 21 de julio, cuando el presidente Trump convocó al brillante empresario para desmentir la idea de que en la Casa Blanca reinaba el desorden.
"Amo al presidente", declaró Scaramucci en su rueda de prensa inaugural en la que elogió a Trump como "un ser humano maravilloso" que tiene "un karma realmente bueno".
El inversionista terminó su presentación ante los medios tirándole un beso a los reporteros y a las cámaras de televisión.
En los días siguientes, Scaramucci acompañó a Trump en el avión presidencial, como se encargó de informar orgulloso, publicando una foto en su cuenta en Twitter.
Karma: pero 10 días más tarde, Scaramucci fue despedido, su esposa le solicitó el divorcio y además se perdió el nacimiento de su hijo.
Y por si todo esto no fuera suficiente, el empresario ya no era dueño de SkyBridge Capital, la compañía que lo hizo millonario; el hombre vendió esta empresa para asumir el cargo que ocupó por menos de dos semanas.
Con información de AFP y AP