Porque todos queremos un México mejor preparado
Invertir en educación podría ser la mejor apuesta para un país, pero el siguiente año no parece bueno en este rubro para México.
Según el paquete económico propuesto por las autoridades, la educación media y superior sufrirá un recorte de 10,000 millones de pesos y la única universidad pública que incrementará su presupuesto será la UNAM.
Ante este panorama, Dirk Van Damme, jefe de la División de Innovación y Medición de Progreso (IMEP, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), habla para El Financiero sobre esta "riesgosa situación".
En México se ha anunciado un recorte en al educación superior pública para el próximo año, ¿son malas noticias para el país?
Yo creo que es mala noticia, porque no veo que las universidades públicas puedan compensar la pérdida del financiamiento con financiamiento privado. Lo que se ve en otros países es que las reducciones en financiamiento público derivan en un decremento en la calidad de la educación. Así que hay muy pocas alternativas para las instituciones, porque consiguen el dinero del Estado o de los estudiantes. Pueden obtenerse recursos de otras fuentes, pero nunca superan el 5 o 6 %. Entiendo que el gobierno debe mantener el presupuesto bajo control, especialmente cuando la situación económica que no es tan positiva, pero reducir la inversión en el futuro y en las profesiones del futuro es una situación de riesgo.
¿Cree que es más riesgoso para un país como México?
Sí, porque la velocidad de crecimiento de un país como México depende mucho de qué tan bien eduques a tus futuros profesionistas. Gente que está activamente involucrada en la innovación o la industria. Necesitas emprendedores, necesitas gente con habilidades muy fuertes para impulsar el crecimiento, así que la inversión en talento y habilidades es una parte muy importante para el crecimiento económico y el progreso social. Esto puede ser arriesgado a largo plazo, claro, tener el presupuesto en balance también es importante. Veo que la educación -de hecho- es equivalente a construir una muy buena infraestructura.
¿Cómo evalúa la calidad actual de la educación a nivel superior en los países de la OCDE, particularmente en México?
En el país la educación es muy diversa. Hay muy buenas instituciones, pero también la discusión es que hay miles de pequeñas universidades donde no se sabe qué tan buena es la calidad. Existe una necesidad de que los padres y los estudiantes tengan mejor información, porque el costo de la calidad de la educación superior en México está aumentado y no sólo en México, sino en todos los países de la OCDE. El financiamiento privado para la educación superior está aumentado rápidamente, más y más países están cobrando cuotas cada vez más altas.
¿Cree que existe mayor información sobre las escuelas públicas que de las privadas? Porque en México existen cientos de pequeñas escuelas que no aparecen en las mediciones…
No sugiero que pequeño quiera decir menor calidad. Se pueden tener instituciones especializadas que entregan una buena calidad. El problema es que no tenemos ninguna medida. Y eso es cierto en los países de la OCDE. Mucha gente está dispuesta a invertir los recursos de la familia en proveer a sus hijos con una educación de calidad. Así que se tiene esa expansión de la oferta que no está regulada. Y aquí el gobierno reconoce que tiene muy pocas herramientas para -de verdad- saber o regular lo que pasa, porque cualquiera puede comenzar con una escuela de educación superior en México. No es difícil alcanzar los requerimientos, ni la acreditación. Yo espero que éste sea un fenómeno temporal, que se asocia con un crecimiento acelerado, pero en el algún punto se va a necesitar que los gobiernos se involucren.
EDUCACIÓN REDITUABLE
Por otra parte, el especialista comenta que la inversión en una educación universitaria aún continúa siendo redituable, pero varía entre los países de la OCDE y es menor para las mujeres que para los hombres.
“Hay una gran diferencia de género entre países y en general sí vale el esfuerzo, pero no es una garantía porque depende de la evaluación de los mercados. Para las mujeres no es tan rentable, es mucho menor, pero aún vale la pena. Es razonable esperar que los estudiantes inviertan en su propio futuro y que contribuyan en el costo de la educación”, dijo Van Damme.
Sobre el interés de la generación “millenial” para no seguir adelante con sus estudios afirma que “algunas personas más jóvenes comienzan a pensar: ‘no voy a gastar o desperdiciar cinco años de mi vida en la universidad, voy a adquirir habilidades de manera práctica’. Hay más gente que piensa eso. Pero la universidad es como un seguro, te puede dar mejores trabajos, un mejor estándar de vida, todo tipo de beneficios sociales, directos o indirectos, pero para algunas personas ese mecanismo de seguridad no es una opción real y están dispuestos a tomar el riesgo. No es un fenómeno de masas aún, pero es una tendencia que se incrementa”.