El presidente Andrés Manuel López Obrador se quedará hasta 2024 en el cargo, luego de obtener una votación a su favor en la consulta de revocación de mandato; sin embargo, su gobierno no durará seis años.
En sexenios anteriores, los presidentes entraban y salían el 1 de diciembre, pero AMLO concluirá su gobierno en septiembre y será el único mandatario en concluir dos meses antes.
Te explicamos a qué se debe.
REFORMA POLÍTICO-ELECTORAL
El 10 de febrero de 2014 se publicó en el Diario Oficial de la Federación una reforma político-electoral que establece una reducción del periodo de transición entre las elecciones presidenciales y la toma de protesta del titular del Ejecutivo Federal.
El artículo décimo quinto transitorio señala que el periodo presidencial comprendido entre los años 2018 y 2024, es decir, el de Andrés Manuel López Obrador, iniciará el 1 de diciembre de 2018 y concluirá el 30 de septiembre de 2024, para que el nuevo mandatario entre el 1 de octubre.
Dicha modificación tiene un objetivo muy claro: que el presidente entrante tenga tiempo suficiente para formular y presentar una propuesta de Ley de Ingresos y de Presupuesto de Egresos de la Federación congruente con su modelo de gobierno y que no sea la autoridad saliente quien lo haga.
La propuesta tendrá que presentarse a más tardar el día 15 de noviembre.
AMLO será el único presidente que esté en el cargo dos meses menos, pues el siguiente gobierno concluirá el 30 de septiembre de 2030, es decir, tendrá un sexenio completo.
La modificación del artículo 83 de la Constitución establece lo siguiente:
“El presidente entrará a ejercer su cargo el 1 de octubre y durará en él seis años. El ciudadano que haya desempeñado el cargo de presidente de la República, electo popularmente o con el carácter de interino o sustituto, o asuma provisionalmente la titularidad del Ejecutivo, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto".
RECORTAN PERIODO DE TRANSICIÓN
Además de que el nuevo gobierno tendrá injerencia directa en la asignación y uso del presupuesto, otro de los beneficios de la reforma electoral de 2014 es una reducción en el periodo de transición.
En México, las elecciones presidenciales se llevan a cabo en julio y los resultados son calificados y aprobados en agosto, pero el cambio presidencial ocurría hasta diciembre, lo que implica un periodo de transición muy largo y se consideraba que esto restaba eficacia a las acciones del gobierno entrante.