La violencia se instaló en Colima, principalmente en el puerto de Manzanillo, lugar que se ha vuelto un punto estratégico para el tráfico de armas y sustancias ilegales y actualmente vive sometido por el Cártel Jalisco Nueva Generación.
De acuerdo con cifras oficiales, de la Fiscalía General de Colima, entre el 7 febrero y el 12 de marzo han sido asesinadas más de 106 personas en la entidad, es decir, más de tres al día, lo que ya es considerada la cifra más alta en la historia del estado.
A todo esto se suman los daños no oficiales, por ejemplo, casas y autos afectados por las balaceras, una decena de bolsas abandonadas en las calles con restos humanos, bloqueos carreteros, robo de tráileres, incendios y pérdidas económicas por toques de queda.
Desde 2017 la entidad no reportaba olas de violencia tan graves. En aquél momento la universidad estatal y las empresas y restaurantes pararon su operación o modificaron horarios.
Cuando Colima comenzó su descenso en espiral de violencia en 2016, Manzanillo fue el centro de todo. El alza de los homicidios en aquella época se atribuyó a una disputa de poder a tres bandas, entre el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Zetas.
En ese año hubo 206 homicidios en cuatro meses del 2016, lo que contrastó con los 44 registrados en el mismo periodo del 2015 y se han visto superados por los números de 2022.
SE DESATA LA VIOLENCIA EN COLIMA
Con una población de menos de un millón de habitantes, Colima encabeza el índice per cápita de homicidios en México, también es el que ha registrado la mayor cantidad de feminicidios y es uno de los cinco estados que concentran más del 50 por ciento de las fosas comunes clandestinas exhumadas durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, según datos de la Secretaría de Gobernación.
El hecho violento que marcó la ola violenta ocurrió el 25 de enero, tras un motín entre internos del Centro de Reinserción Social que dejó nueve personas muertas y provocó una ruptura entre grupos criminales. Un par de semanas más adelante se recrudeció y llegó a las calles.
El 7 de febrero se registró una batalla entre grupos del crimen organizado que eran aliados: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Mezcales, un grupo de origen local, según lo confirmó la gobernadora Indira Vizcaíno.
Esa noche se registraron dos ejecuciones y balaceras contra en la capital y en el municipio de Villa de Álvarez. Un día después aparecieron narcomentas que le declaraban la guerra a la agrupación originaria de Colima y a su lugarteniente, José Bernabé Brizuela Meraz, “La Vaca”.
Desde ese momento iniciaron los días de terror, con balaceras, cierre de negocios y escuelas, descuartizados y ejecuciones.
Los primeros días de febrero, vecinos del municipio de Villa de Álvarez vivieron momentos de terror luego de que una camioneta explotara al ser incendiada con una bomba molotov. Estos hechos ocurrieron en la calle Laguna La Cuata, en la colonia Lagunas, ubicada al norte de la ciudad.
Mientras que la madrugada del lunes, una casa ubicada en la colonia Burócratas, del mismo municipio, fue incendiada. Más tarde dos autos fueron incendiados, uno en la zona de Las Parotas en Comala y otro más en Villa de Álvarez.
Del lado del CJNG quienes lideran la violencia son los hermanos José de Jesús Jarquín Jarquín, “R32” y Aldrin Miguel Jarquín Jarquín “El Chaparrito” quien fue detenido el domingo 13 de marzo en Zapopan.
Aunado a ellos, otro de los objetivos del Cártel Independiente de Colima es Julio Alberto Castillo Rodríguez, “Chorro”, yerno del “Mencho”, a quien han prometido expulsar para retomar el control del estado.
A pesar de que han surgido amenazas contra la gobernadora Indira Vizcaíno por parte del CJNG, Los Mezcales han insistido que la batalla es únicamente entre los grupos criminales.
Sin embargo, además del impacto en la población, la violencia en Michoacán y Colima ha afectado a las 12 entidades del litoral en el Pacífico Mexicano por la escasez y alto precio de productos alimentarios.
UN PUNTO ESTRATÉGICO
Los grupos del crimen organizado como el CJNG, el Cártel de Sinaloa y otros grupos locales encontraron en Colima un punto neurálgico para el tráfico de precursores químicos como el fentanilo, para la elaboración de drogas sintéticas.
De acuerdo con la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), dichos materiales provienen de Asia, llegan a México, donde son procesados, y después siguen su camino hacia Estados Unidos.
Además de los precursores químicos, por el puerto ingresan cargamentos de cocaína, armas y metanfetaminas.
De acuerdo con una investigación de Insight Crime la clave para entender la violencia en Colima es su ubicación sobre invaluables corredores de narcotráfico en el que han estado involucrados el CJNG, Cártel de Sinaloa, Los Zetas, la Familia Michoacana y el Cártel Tijuana y agrupaciones locales.
REFUERZAN SEGURIDAD EN LA ENTIDAD
El 25 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador acudió a Colima para respaldar la estrategia de seguridad contra la delincuencia organizada y para la que se destinaron mas de 6 mil elementos del Ejército y la Guardia Nacional.
En medio de las batallas constantes y la ola de terror arribaron más de mil 500 soldados, además de centenas de agentes de la Secretaría de Marina (Semar) y la Guardia Nacional para acumular 4 mil 500 efectivos de seguridad.
A pesar de la mayor cantidad de elementos de seguridad, la violencia no cede e incluso escuelas de nivel básico han decidido regresar a clases a distancia. En el caso de la Universidad de Colima, los estudiantes han juntado firmas para evitar tomar clases presenciales.