Porque existe la posibilidad de que los candidatos que van atrás en los preferencias declinen por otro para tratar de alcanzar a Andrés Manuel López Obrador
La disputa por el segundo lugar en la contienda electoral por la Presidencia está generando discusiones alternas. Una de ellas la puso sobre la mesa Jorge Castañeda cuando habló de un posible acercamiento entre el PRI y el PAN para enfrentar a Andrés Manuel López Obrador.
Castañeda, coordinador estratégico de la campaña de Ricardo Anaya, dijo en entrevista (Reforma, 20 de abril), que no estaban cerrados a la posibilidad de tener un acercamiento con el candidato del PRI, José Antonio Meade.
La declaración reavivó las críticas contra el Frente, particularmente contra el PAN sobre la posible alianza con el PRI.
Sin embargo, lo importante es que abrió la puerta al debate sobre lo que vendría en caso de una declinación: ¿qué pasaría si declina -por ejemplo, Meade a favor de Anaya o viceversa, o El Bronco a favor de Meade- con los tiempos de campaña?, ¿qué pasaría con las prerrogativas?, ¿qué pasaría con la boleta?, y ¿qué pasaría con el registro de votos?...
Antes que nada, debes saber que las leyes que regulan la competencia electoral no prevén nada en cuanto a “declinaciones”; es más, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe) y la Ley de General de Partidos ni siquiera mencionan la palabra.
El tema más cercano asentado en las leyes es la asociación de partidos; en este sentido, la Legipe remite a la Ley de Partidos:
“El derecho de asociación de los partidos políticos en los procesos electorales a cargos de elección popular federal o local estará regulado por la Ley General de Partidos Políticos”.
El apartado “De los frentes, las coaliciones y las fusiones”, que abarca de los artículos 85 al 93, especifica que en todos los casos las alianzas, coaliciones, frentes, fusiones deben registrarse previamente ante la autoridad electoral.
“Los partidos políticos que se coaliguen para participar en las elecciones, deberán celebrar y registrar el convenio correspondiente” (párrafo 7 capítulo 87).
En el apartado, se mencionan coaliciones parciales, totales o flexibles, pero no dice nada de declinaciones.
Para Arturo Espinosa Silis, abogado y consultor electoral, declinar es solamente un tema político sin implicaciones legales; detalla que al declinar no se transfieren tiempos, ni recursos de los partidos.
“Las formas de asociación o de alianzas por la vía electoral son las coaliciones; a nivel local, en algunos casos, es la candidatura común, pero a nivel federal son las coaliciones.
"En temas de prerrogativas, financiamiento público o radio televisión, son temas de los partidos políticos y las prohibiciones son que no se pueden usar para beneficiar a otras candidaturas; es decir, si un candidato declina en favor de otro, vamos a ponerle nombre 'Meade en favor de Anaya', los spots de Meade no pasan a Anaya, sin duda; son de cada uno de los partidos que integran la coalición y se pueden convertir en spots genéricos”, detalla.
Espinosa destaca que los partidos tienen prohibido transferir spots de un candidato a otro entre sus propios aspirantes, por ejemplo, de uno presidencial a uno que se postula a diputado o al Senado, por lo que tampoco pueden transferirlos a candidatos de otros partidos.
Adicionalmente, la declinación tampoco implica que se puedan transferir votos, dinero de la campaña, ni quita a un abanderado de la boleta.
Consultado al respecto, el exconsejero electoral Arturo Sánchez puntualiza que un candidato que ha sido postulado a un puesto de elección, ya sea por un partido o coalición, puede renunciar a su candidatura o ser sustituido y eso pasa todos los días en el INE.
"Lo que no está previsto es que yo renuncio a mi candidatura, pero mis votos se los dan a otra persona. La gente va a votar como quiera. Si yo digo: 'ya no voy en la contienda', y los invito a que voten por tal candidato, bueno, pues podré decir lo que quiera, pero la gente votará como se le dé la gana"
«Arturo Sánchez»
El hoy decano de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey destaca que, cuando las boletas están impresas y un candidato declina por otro y aún así gente marca la casilla del que declina, los votos se pierden.
“Esos votos se pierden porque yo dejé de ser candidato. No hay eso de que le pido a la autoridad electoral que los votos por mí se los pasen a fulano; eso es transferencia y no está permitido”.
Lo anterior es algo diferente a lo que sucedió con Armando Ríos Piter, el aspirante a una candidatura independiente no había conseguido su registro al momento de dar su apoyo a José Antonio Meade.
Ríos Piter no estaba en la boleta y no era candidato, por lo que su apoyo fue como el de cualquier político que se suma a un candidato.
A pesar de que la declinación no es un procedimiento legal, es un recurso que históricamente ha servido para apoyar un candidato en determinado momento:
Por la alternancia en 2000
El candidato del PARM, Porfirio Muñoz Ledo, declinó en 2000 a favor de Vicente Fox. Incluso pidió a César Camacho, candidato del Partido Centro Democrático, y a Gilberto Rincón Gallardo, del Partido Social Democracia, que se sumaran al candidato panista para consumar la alternancia. A pesar de su declinación, los 156 mil 896 votos de Muñoz Ledo fueron contabilizados y reportados a favor del PARM y no se sumaron a los de Vicente Fox.
Tras el triunfo del abanderado panista, Fox comisionó a Muñoz Ledo como titular de la Mesa de Transición; ya en el gobierno, lo nombró embajador de México ante la Unión Europea.
En el histórico 1988
En los comicios de 1988 hubo otra declinación histórica. Heberto Castillo, candidato del Partido Mexicano Socialista (PMS), declinó a favor de Cuauhtémoc Cárdenas un mes antes de las elecciones. Cárdenas era el abanderado del Frente Democrático Nacional (formado por el PARM, PFCRN y PPS). En una nota de La Jornada se detalla el argumento que Castillo dio a sus compañeros: “Entiendan que es una realidad, estoy viendo que viene un tren, y la única manera de lograr el triunfo es unir fuerzas”.
La llegada de un independiente a NL
Fernando Elizondo, el aspirante de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Nuevo León, declinó en 2015 a favor de Jaime Rodríguez El Bronco (hoy candidato independiente a la Presidencia), y renunció a su candidatura ante la Comisión Estatal Electoral (CEE). El objetivo, se dijo entonces, era que 'El Bronco' llegara a la gubernatura. Incluso Elinzondo se vio obligado a hacer campaña por los diputados locales de Movimiento Naranja y llamar al voto a favor de Rodríguez.
Posteriormente, Elizondo se incorporó al equipo de El Bronco, aunque duró poco tiempo trabajando con él.
El caso más reciente
El año pasado, el candidato del PT a la gubernatura del Estado de México, Óscar González Yáñez, declinó a favor de la abanderada morenista Delfina Gómez. Su anuncio se dio el 26 de mayo, a cinco días de que concluyeran las campañas electorales. El apoyo no impactó en favor de Delfina y el candidato del PRI, Alfredo del Mazo, fue elegido gobernador del Estado de México.