Según la sabiduría popular mexicana ‘no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla’. La cita de los mexicanos para definir el futuro del país es este 2 de junio, cuando 98 millones, 329 mil, 591 ciudadanos estamos llamados a elegir un total de 20 mil 708 cargos públicos, entre ellos, la renovación de 8 gubernaturas, la jefatura de Gobierno de la capital del país y la Presidencia de México.
De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), 56 millones, 473 mil 657 de personas, entre los 18 y 44 años de edad y que representa un 55% de la lista nominal, son jóvenes.
El resto, un 45%, se conforma por una población de 45 años en adelante.
Por lo que los Millennials y la Generación Z serían mayoría en las urnas pero, ¿esto será suficiente para que definan las elecciones? Expertos consultados por Nación321.com, consideran que será complicado que las generaciones más jóvenes, logren definir los comicios.
Para Martha Singer, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la participación histórica de jóvenes no ha sido alta y no prevé que este año sea distinto.
Explica que, en elecciones pasadas, este sector ha tenido “una participación baja, sobre todo para los primeros votantes, y es que muchos de ellos ni siquiera tienen una credencial de elector, porque no han tenido la necesidad de identificarse en un banco”.
Añade que tampoco hay un detonante social que invite a esta población a acudir a las urnas. Recuerda que en elecciones anteriores hubo factores que impulsaron el voto juvenil, como en 2012, con el movimiento #YoSoy132, que conectó a miles de universitarios en todo el país “donde se estaba jugando el descontento social e hizo un llamado al conjunto de esta población que se volcó a las urnas”.
En ese sentido, el doctor Víctor Alarcón, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, explica que en 2018 el sector empatizó con la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural ‘Isidro Burgos’ de Ayotzinapa, Guerrero, un factor que generó descontento colectivo contra el gobierno del ahora expresidente Enrique Peña Nieto y que funcionó como imán para atraer el voto de jóvenes.
Este hecho, dice, generó un sufragio “orientado a manifestar una protesta contra el régimen político, contra el Estado”; sin embargo, para 2024 percibe “una elección mucho más pasiva, más escéptica de los jóvenes”.
El catedrático coincide en que no hay suficientes elementos para pensar que los jóvenes acudirán con mayor entusiasmo a las urnas y que, si esto pasara, supondría “una relativa sorpresa”.
Analiza que una parte importante de prever un voto desnutrido de esta población responde a unas campañas presidenciales que no se han dirigido a este público.
“Los partidos políticos no han sido demasiado profundos para poder atender adecuadamente las necesidades de los jóvenes; algunos piensan que básicamente es sólo darles becas para conseguir un primer empleo o para continuar sus estudios, lo cual en principio no está mal, pero reducir la agenda juvenil sólo a este tipo de situaciones, son elementos básicos, más no suficientes.
“Ninguna de las candidaturas nos presentó una estrategia integral para abordar el tema de las juventudes, no con un marco referencial e histórico, a lo mejor palpando lo que es la actualidad”, refiere Alarcón.
Ante este panorama, el doctor Enrique Gutiérrez, profesor de la Universidad Iberoamericana, afirma que sólo hubo una candidatura que tuvo más contacto con la juventud, aunque considera que, aún con eso, no será suficiente para atraer más votos del sector y, en todo caso, prevé “una dispersión del voto vinculado a las tres candidaturas”.
Esta visión es compartida por el doctor Víctor Alarcón, quien anticipa un panorama con un “voto muy parejo, porque hay un sector de jóvenes que sienten que el régimen no les ha respondido adecuadamente, sobre todo a las mujeres, con respecto al tema de la violencia, de los feminicidios, entonces ahí hay un rechazo creciente entre las mujeres, pero al mismo tiempo hay un nivel fuerte de aceptación de otros sectores respecto a los beneficios que reciben de los programas sociales, por eso me parece que el voto de los jóvenes va a ser uno de los más parejos” en la contienda.
Martha Singer acota que “se ha sobredimensionado la idea de que los jóvenes son un sector que apoyará indiscriminadamente al (único candidato varón) porque su campaña está orientada a la población joven y en que volteen a verlo, pero creo que no va a ser así”.
Aclara que “tener una canción que se pueda recordar y ponerse unos tenis estridentes, no significa que estén dando una opción a la necesidad de la gente joven pero, sobre todo, hay poca interlocución de sus intereses y sus necesidades. El discurso político no está incorporando esta dimensión salvo, insisto, en el discurso elemental.
“La oferta de los partidos para con los jóvenes ha sido pobre, han sido un sector descuidado, que durante el sexenio no fueron muy tomados en consideración por el gobierno y mucho menos por la oposición”, lamenta.
Y destaca que “las campañas no han volteado a ver las necesidades de los jóvenes y no los están incorporando en el sentido de ofrecer un espacio para la participación política más allá de pedirles el voto”.
PARTICIPACIÓN DE LA MUJER
Además de los segmentos de edad, la lista nominal del INE también revela la distribución de los electores por género. En esta línea, destaca que están en condiciones de votar un total 47 millones, 226 mil, 62 de varones, por 51 millones, 103 mil, 424 mujeres, es decir, 48.02% contra 51.97% de la población, una mayoría de electoras.
Los especialistas sí ven posibilidades de que las mexicanas tengan mayor motivación para salir a votar al tener a dos mujeres en las boletas y, aunque señalan que es complejo prever este escenario, consideran como un incentivo que dos mexicanas sean las punteras de las encuestas de preferencias electorales, la antesala para que México tenga a su primera Presidenta.
El doctor Enrique Gutiérrez destaca que, según las encuestas publicadas, el 1 de octubre una mujer estará tomando posesión en la Presidencia del país “y esto debería ser motivo suficiente para que todas y todos salgamos a votar.
“Sin embargo, creo que esto no necesariamente se va a traducir en una mayor participación de mujeres en las urnas; han habido diferentes procesos electorales a nivel gubernaturas o diputaciones locales, y las mujeres no votaban por las mismas mujeres”, destaca.
El analista de la Ibero añade que si bien no prevé un voto masivo de ellas, “esperaría que las mujeres salieran a votar; tendríamos que apelar a la construcción de una cultura política democrática que nos haga ver que es importante la participación de todas y todos en los procesos electorales, pero también en la toma de decisiones”.
En la segmentación de población por género, el INE revela que estas elecciones serán la primera oportunidad para que personas no binarias emitan su voto con una identificación que se alinee a su identidad de género.
Desde marzo del 2023 se emitieron las primeras credenciales de elector que añadieron el género no binario, por lo que, según la lista nominal, en 2024 están registradas ante el INE un total de 109 personas no binarias, lo que representará el 0.000107% del electorado en el país.
¿VOTO INFORMADO?
Al cuestionar a los expertos sobre la posibilidad de que en estos comicios tengamos votos más conscientes, dicen que hay elementos para suponer que esta teoría es cierta, aunque encuentran varios matices para responder al cuestionamiento.
Enrique Gutiérrez ve que con las redes sociales se pensaría en un “voto más informado. Queda claro que toda la información que llega o se difunde en el espacio público tiene que contribuir a esa toma de decisión, hay más datos para tomar decisiones”, aunque que es necesario considerar que no toda la información a la que accedemos es verídica.
Martha Singer reflexiona sobre el tema y dice que “la sociedad mexicana es muy diversa” y no todos tenemos acceso a la misma información. Plantea que pese a que ahora hay más fuentes para acceder a los datos, “la información sigue siendo de baja calidad”.
Menciona que “hay población muy informada, hay población altamente politizada, hay población que está muy atenta. Sin duda, los medios de comunicación favorecen que la gente esté enterada, pero habría que preguntarse si está enterada de la superficialidad o está enterada verdaderamente de los problemas y las alternativas para resolverlos, y yo creo que ahí tenemos todavía una sociedad que exige mejor información”.
Aunado a lo anterior, comenta, el nivel de los tres debates presidenciales ha quedado a deber para tener un voto más consciente: “lo hemos visto en los debates de las candidaturas, sus diferentes espacios y niveles… pues no hay debate y eso hace que la posibilidad de un voto informado también sea muy pobre”, externa.
De manera general, los especialistas coinciden en que en este 2024, serán unas elecciones marcadas por el flujo de información en redes sociales.
“Cada vez más, notamos de manera evidente el peso de las redes digitales, pues ahora concentran sustancialmente la fuente de socialización primaria para poder adquirir la información política”, concluye el doctor Víctor Alarcón, quien ve que en el futuro será necesario analizar, con más herramientas, el comportamiento e influencia de las redes sociales en la definición del voto.