Porque es la primera vez que una mujer indígena busca llegar a Los Pinos
No es la primera mujer que busca llegar a la Presidencia de la República, pero sí la primera indígena y también la primera zapatista. Hablamos de María de Jesús Patricio, mejor conocida como Marichuy, quien por la vía independiente pretende llegar a las boletas en las elecciones de 2018.
En un país como México, ¿ser mujer, indígena y zapatista son desventajas? ¿Qué implicaciones sociales y políticas tiene la aspiración de Marichuy? Esto nos dijeron los expertos.
MUJERES, SECTOR DESFAVORECIDO
(Foto: Raúl Fernando Pérez Lira)
Marichuy, de 53 años, forma parte del sector mayoritario de la población: las mujeres.
Pero a pesar de ser mayoría (51.4% de la población), las mujeres son uno de los sectores desfavorecidos del país: 66% ha sufrido algún tipo de violencia, ya sea física, emocional, económica o laboral, según la Encuesta Nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares (ENDIREH) 2016.
Es tal el grado de violencia contra la mujer en México, que 12 entidades cuentan con alerta de género, es decir, tienen activados protocolos especiales para enfrentar y erradicar la violencia en contra de dicho sector de la población.
Es por esto que ser mujer, es uno de los factores que, parece, juegan en contra de esta aspirante.
"Históricamente, hay una clara actitud de desdén hacia la mujer, pensando que no puede hacer política y que no están los suficientemente capacitadas"
René Torres / Académico de la Ibero
(Foto: Raúl Fernando Pérez Lira)
SER INDÍGENA
Además de ser mujer, Marichuy es indígena originaria de Tuxpan, Jalisco, una región nahua-purépecha.
"Ella tiene ese doble factor: mujer e indígena; además de pobre que es otro factor de discriminación. Los sectores más pobres tienen condiciones muy desventajosos para vivir dignamente. El tema de seguridad social, sus derechos sociales y económicos no están bien protegidos. Esto los vuelve un blanco de ese ataque del sistema, del desdén del desprecio"
René Torres / Académico de la Ibero
México es un país "altamente discriminatorio hacia sus poblaciones indígenas", agrega Torres. Y los números sustentan sus dichos.
En el país, el 51.2% de la población cree que el color de piel influye en el trato hacia las personas, según un estudio realizado por la UNAM.
(Foto: Raúl Fernando Pérez Lira)
Y por si quedaba duda de qué tanto nos falta avanzar en el tema, de acuerdo con la última Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, realizada por el Conapred, el 23% de los mexicanos dijo no estar dispuesto a vivir con alguien de otra raza, mientras que el 20% de los mexicanos no se siente a gusto con su color de piel.
Aunque en México la discriminación existe y puede ser un obstáculo para Marichuy, su aspiración podría servir como un espejo para la sociedad, aseguró Mario Bravo Soria, psicólogo social y maestro en Estudios Latinoamericanos.
"(La aspiración de Marichuy) podría modificar y trastocar los imaginarios sociales tan racistas, tan patriarcales tan clasistas que habitan en la sociedad mexicana"
En tanto, para el politólogo y académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Jorge Muñiz, el hecho de que el EZLN haya respaldado a María de Jesús fue un acto consciente, pues ella representa a las minorías, mismas que son el foco de dichos movimientos.
SER ZAPATISTA
(Foto: Raúl Fernando Pérez Lira)
Enero de 1994. Los ojos del mundo se situaron en Chiapas, uno de los estados más pobres de México y de cuya selva emergió un movimiento armado que buscaba visibilizar a un sector olvidado: el indígena.
Con un aire violento tanto en el discurso verbal como en el visual, el EZLN consiguió el respaldo, en primer lugar de las zonas marginadas que representaba, así como de intelectuales, artistas, figuras de la izquierda, además de parte de la sociedad civil.
"Se discrimina a los zapatistas, se discrimina a los rebeldes. A todos aquellos que tengan el valor de disentir y de señalar los defectos"
René Torres / Académico de la Ibero
A 23 años de su aparición, el EZLN sigue vivo e instalado en Chiapas, en donde crearon las comunidades autónomas llamadas Los Caracoles y el espaldarazo a Marichuy ha sido visto como una posible declinación de su resistencia, pero académicos opinan lo contrario.
¿LO BUENO?
La aspiración de Marichuy podría traer buenos escenarios al zapatismo.
Al respaldar la aspiración de María de Jesús, el zapatismo podría tener un segundo aire y los ojos del país (y del mundo) podrían volcarse, de nuevo, hacia las zonas indígenas, asegura Jorge Muñiz, académico de la UNAM.
Con esta jugada, asegura Mario Bravo, el zapatismo está apostando a la visibilización de los sectores que representa.
"En el cálculo de costo-beneficio, el zapatismo está pensando más en plural que en su propio beneficio (...) creo que analizaron y visibilizan la lucha indígena zapatista y el resto de luchas indígenas en el país (...) están ganando y sumando los procesos de resistencia"
Mario Bravo / Maestro en Estudios Latinoamericanos