Porque el tema "Derechos de los migrantes" fue un punto a tratar en el segundo debate presidencial
Los cuatro candidatos a la Presidencia quedaron a deber en el debate en el tema de derechos de los migrantes, considera el padre Alejandro Solalinde.
Además de sacerdote católico, Solalinde es un reconocido activista en esta materia. Su trabajo con los migrantes lo llevó a fundar en 2007 el albergue Hermanos en el Camino, una casa en Ixtepec, Oaxaca, en la que recibe y apoya a migrantes de Centro y Sudamérica que viajan a Estados Unidos.
En su visión, todos los candidatos mostraron ignorancia: “Se ve que este campo no lo dominan mucho”, aseguró en entrevista.
Su reclamo es que se perdieron en ataques y desperdiciaron tiempo para analizar un tema relevante.
“Por estar peleando, se dejaron enganchar. Eso no es posible. Ya estamos hartos de violencia, la vemos en todos lados, como para ver más violencia en el debate. Lo que queremos es escuchar sus propuestas. No se deben dejar enganchar, sobre todo Andrés Manuel”, consideró.
El sacerdote católico también publicó un tweet este martes en el que ratificó lo expresado en entrevista.
Co-autor del libro Los migrantes del Sur (con la antropóloga Ana Luz Minera), en el que se denuncian las extorsiones que padecen los migrantes por personal del Instituto Nacional de Migración, Solalinde considera que la visión de los candidatos está anclada al tema de la seguridad y a una estrategia de combate con perspectiva policíaca y no desde los derechos humanos.
“Ninguno de los candidatos habló explícitamente de los derechos humanos, estuve muy atento. Hace falta reforzar en su agenda este tema”.
Considera que, al menos, cinco puntos debieron ofrecer los candidatos.
1. Queremos escuchar que se transformará el Instituto Nacional de Migración, y no nada más cambiar la sede de México a Tijuana. Transformarse, quizá, en una Secretaría o Subsecretaría del Migrante para tratar asuntos de mexicanos en el exterior, a los transmigrantes procedentes del sur o de otros lados.
2. Se debe desarrollar la Ley Migratoria en lo que va de derechos humanos, pues en los hechos la ley ha servido para perseguir a los migrantes. Se debe separar el aspecto administrativo del de seguridad
3. Crear una organización de desarrollo con Centroamérica para proteger a los migrantes y que los gobiernos de origen se corresponsabilicen. México no le debe pedir permiso a nadie para lograr esto.
4. Continuar los programas de derechos humanos, como el programa especial de migraciones, que fue lo único bueno que quedó del gobierno de Felipe Calderón.
5. Generar más oportunidades en el campo mexicano para fortalecer el mercado interno y desmotivar el fenómeno migratorio nacional.
Aunque simpatiza con Andrés Manuel López Obrador (candidato de Morena, PT y PES), el sacerdote expresa que no basta con el cambio de sede del INM como lo planteó el tabasqueño. Destaca que no es una crítica a este cambio, sino que considera que AMLO no pudo expresar correctamente su propuesta.
“¿Por qué transformarlo?, porque está todo infiltrado. Tengo muchas pruebas de ello y eso no es fácil quitarlo. Cuando se junta lo administrativo con lo de seguridad es cuando nace la corrupción y el atropello a los derechos humanos de los migrantes, pero si se separa, no tiene por qué presentarse la corrupción”, detalla.
También considera que la pregunta de doña Teresa Reynaga (la mujer de 72 años), sobre qué hacer ante las extorsiones y violencia en la frontera que padecen los migrantes, no mereció una respuesta al nivel del problema denunciado.
En torno a lo expresado por José Antonio Meade y Ricardo Anaya en el debate en esta materia, considera que no tocaron el problema de fondo.
"No tocaron el tema central, que es el modelo económico. Me queda claro que Meade y Anaya tienen el 'mismitito' proyecto neoliberal, capitalista, financiero que pondera y prefiere, prioriza, el capital especulativo al productivo".