Por unanimidad, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó el jueves reformas a la Ley General de Salud, para reducir grasas en alimentos y bebidas en México.
El dictamen, turnado ya al presidente Andrés Manuel López Obrador, para su publicación, modifica el artículo 216 Bis, para establecer que los aceites y grasas comestibles, así como los alimentos y bebidas no alcohólicas, no podrán contener en su presentación de venta al público aceites parcialmente hidrogenados, conocidos como grasas trans, que hayan sido añadidos durante su proceso de elaboración industrial.
La reforma (que ya recibió el voto a favor del Senado) señala que los alimentos, bebidas no alcohólicas, aceites y grasas no podrán exceder dos partes de ácidos grasos trans de producción industrial por cada cien partes del total de ácidos grasos.
Agrega que la Secretaría de Salud establecerá las bases de regulación para estos ácidos de producción industrial en los términos de este precepto, y refiere que los expertos señalan que el consumo de grasas trans aumenta el riesgo de muerte por cualquier causa en 34%, y por cardiopatías coronarias en 28%.
También añade que se han observado aumentos no significativos del 7 y 10% en el riesgo de muerte por accidente cerebrovascular isquémico y diabetes, respectivamente.
Al fundamentar el dictamen, el diputado Joaquín Zebadúa Alva, de Morena, secretario de la Comisión de Salud, explicó que desde 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) establecieron el plan para eliminar los aceites parcialmente hidrogenados de los alimentos procesados que se comercializan en todas las Américas, y disminuir las grasas trans hasta en dos gramos por cada cien gramos.
Subrayó que la OMS calcula que en el mundo mueren más de 500 mil personas al año debido al consumo de grasas trans. En el continente americano fallecen 160 mil personas al año, y según estudios realizados por organizaciones de la sociedad civil, en México mueren más de 13 mil personas anualmente por esta causa.