Porque reconocer un problema es el primer paso para resolverlo, pero estas personas no quieren o no pueden entender
La palabra "pigmentocracia" causó polémica en redes sociales y algunos políticos y personajes públicos se montaron al mame con unos tuits bastante cuestionables.
Todo comenzó este fin de semana cuando la militante de Morena, Estefanía Veloz, aseguró en el programa Punto y Contrapunto de Foro TV que la "pigmentocracia" (refiriéndose a las personas blancas) es la que va a eventos como la Fórmula 1 en México.
La afirmación de Veloz causó revuelo en las redes sociales y abrió un debate alrededor del racismo en México.
El excandidato del PRI a la presidencia, José Antonio Meade, opinó al respecto; sin embargo, su comentario no fue bien recibido por muchos porque comparó el vitiligo, enfermedad dermatológica que padece, con la "pigmentocracia"
Pero si crees que el comentario de Meade fue el único cuestionable sobre la "pigmentocracia", el de la exdiputada federal y excandidata presidencial, Cecilia Soto González, te va a dejar confundido.
"El hombre más rico de este país es moreno", escribió la exlegisladora, quien se refirió a Carlos Slim Helú, el mexicano más rico y uno de los hombres con más dinero del mundo.
El comentario de Cecilia Soto provocó reacciones de varios tuiteros como Pablo Rendón, quien aseguró que el argumento de la política era falaz y equiparable a decir que el hecho de que Denise Maerker sea la conductora del "espacio informativo más importante" de México, significa que México no es un país machista.
Cecilia Soto respondió que su argumento no negaba el racismo sino que enfatizaba a la pobreza "como elemento universal y transversal de la discriminación".
La diputada federal de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle, fue más allá con el tema de la “pigmentocracia”:
“El racismo en México lo practican blancos, negros mestizos... no es asunto de “una pigmentocracia”. Unos y otros discriminan por igual a los otros/as”.
La legisladora argumentó que con tal de no reconocerse como parte de una sociedad racista, clasista, discriminatoria, algunos usuarios pretenden interpretar que ella (Martha Tagle) no reconoce que haya un grupo dominante: el blanco.
“Lo hay, pero también reconocer que, sin importar nuestra posición o color, discriminamos a otros”, tuiteó Tagle.
El periodista Juan Omar Fierro tuiteó que estaba sorprendido por los comentarios de la diputada Martha Tagle.
La periodista Sofía Carrillo le pidió a la diputada federal que reconozca los privilegios a partir de la pigmentación y que no existe racismo inverso porque esto implicaría que existiera un sistema que oprimiera a las personas de tez blanca.
La periodista Martha Zamarripa agregó que la diputada Martha Tagle tiena una visión muy cerrada de lo que es México.
El activista Sergio Beltrán-García consideró que la inteligencia e integridad de la diputada Martha Tagle tiene que estar por encima de decir sinsentidos tan decepcionantes.
“Reflexiona y rectifica”, escribió Beltrán García.
Pero el comentario sobre la “pigmentocracia” que nos hizo perder la fe en la humanidad fue de la conferencista y terapeuta Denise Ramos Murrieta.
La tuitera escribió que sufrió de bullying y no recibió ninguna mención honorífica por ser güera.
“Me la gané estudiando. Es muy fácil vivir como víctimas. ¡Pónganse a trabajar!, tuiteó Ramos Murrieta”.
El escritor Juan Pablo Villalobos aseguró que el tuit de Denise Ramos era de “pinche oso”.
El usuario @chemasolari le puso un mensaje en inglés a Denise Ramos, que decía:
“El privilegio blanco no significa que tu vida no ha sido difícil, significa que el color de tu piel no ha sido una de las cosas que la ha hecho difícil”.
Y Denise Ramos respondió en inglés:
“¿Así que hagamos que la gente blanca se sienta mal por ser blanca? ¿Así que vayamos al supermercado y agredamos a una mujer blanca? ¿Así que vamos a responsabilizar a la gente blanca por nuestras malas decisiones y hacerlas que paguen? ¿Cuál es tu punto?”.
Y la escritora Eréndira Derbez aseguró que casos como el de Denise Ramos demuestran que en ocasiones los mejores promedios no siempre corresponden a los estudiantes más brillantes.