Porque la operación de este tipo de grupos causa violencia en la comunidad universitaria y pone en riesgo a alumnos y profesores
Autoridades de la UNAM, de la Ciudad de México y federales tienen identificados al menos a 43 grupos de estudiantes con “actividad porril” en preparatorias, Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH) y facultades.
Dentro de los cinco CCH se identificaron 19 organizaciones, en las nueve preparatorias, otras 16; mientras que también se tiene identificada la presencia de estos grupos en al menos ocho facultades.
Según los datos obtenidos, el CCH Azcapotzalco, al que pertenecen los alumnos golpeados el 3 de septiembre frente a la Torre de Rectoría, es el que cuenta con mayor número de agrupaciones porriles: 11.
Entre los grupos identificados están: la Federación Estudiantil de Universitarios, la Alianza Universitaria, Los Vándalos, Porra Estudiantil Universitaria y Grupo Alfonso Peralta.
Según la investigación sobre la agresión en la Torre de Rectoría, en esos hechos participaron miembros de la Federación Estudiantil de Universitarios y la organización 3 de marzo, esta última con presencia en el CCH Vallejo.
Muchos de estos grupos mantienen alianzas con otras bandas para mantener control entre la comunidad estudiantil y enfrentar a otros centros escolares del IPN o colegios de Bachilleres.
Según los datos, los líderes integraron grupos porriles desde que eran estudiantes de nivel medio y ahora, aunque ya no son alumnos, siguen ejerciendo control por sus ligas con otros grupos, incluso, algunos partidos políticos.
Fuente: Diego Uriarte
En el CCH Oriente las autoridades identificaron a tres grupos: el 3 de abril, la Onda y los Arremangados; mientras que en el CCH Vallejo también hay tres: Los Independientes, la Comitiva Oro y Grupo 3 de marzo.
En el CCH Naucalpan se identificó a la Federación de Estudiantes Naucalpan (FEN); mientras que en el CCH Sur se detectó al Grupo Estudiantes del Sur(GES) 3 de mayo.
Asimismo, se sabe de la presencia de Los Sharks, en la preparatoria número 1; Grupo Erasmo Castellanos (GEC), Unión de Vagos Pamboleros (UVP) y KDC, en la preparatoria 2.
En la preparatoria 3 están los Bohemios y la UDLA; en la 4, la Unión Vanguardista de Alumnos (UVA) y la UDE; en la preparatoria 5, los Lagartos; en la preparatoria 6, los Coyotes y la Organización de Estudiantes Universitarios(OEU).
Mientras que en la preparatoria 7 están los Skandalosos y los Mazakotes; en la preparatoria 8, la Santa Inquisición y el grupo de Daniel Márquez Muro (DMM); además, en la preparatoria 9, el grupo Pedro de Alba (GPA).
En las facultades de Derecho, Economía, Ingeniería y Contaduría, de Ciudad Universitaria, así como en las facultades periféricas Aragón, Iztacala, Cuautitlán y Acatlán, se tiene identificado cuando menos a un grupo por plantel.
Las autoridades capitalinas instalarán en los próximos días módulos de información para que la comunidad universitaria aporte información con relación a estas organizaciones, su funcionamiento y sus miembros.
Fuente: Diego Uriarte
¿A QUÉ SE DEDICAN ESTOS GRUPOS?
Lo común dentro de los grupos de porros que proliferan en la UNAM es la realización de novatadas, extorsión a estudiantes y presión para que estos consuman alcohol, drogas e, incluso, cometer actos sexuales públicos, según testimonios de autoridades de la Ciudad de México.
Tras las investigaciones que se realizan después de la agresión a estudiantes del CCH Azcapotzalco, el 3 de septiembre, en Rectoría, se sabe que estos grupos tienen una estructura jerárquica que permite un esquema de control dentro y fuera de los planteles escolares, principalmente de nivel medio superior.
Los grupos porriles tienen vínculos con personas que en algún momento fueron estudiantes, pero que ya no lo son, a quienes se les conoce como “los viejos”, y son ellos los que hacen frente en conflictos con otros grupos.
Testimonios recabados por las autoridades capitalinas indican que los porros se centran con los estudiantes de nuevo ingreso, a quienes les exige la entrega, a veces diaria, de 10 hasta 150 pesos.
Los recursos reunidos son utilizados para la compra de los jerseys que los identifica, así como para financiar fiestas que realizan generalmente cerca de los planteles, a las que acuden decenas de jóvenes, muchos menores de edad.
Ahí, los estudiantes son obligados a beber alcohol e incluso a drogarse.
“Desde que llegan (a los convivios) alguien les dice ‘tú vas a ser mi novato o novata’, y de ahí generan un esquema de control”, explicó ayer el jefe de Gobierno, José Ramón Amieva.
El funcionario reconoció que al interior de estas agrupaciones hay “un esquema grave de violencia física”, esto al obligar a los jóvenes “a que tengan algún tipo de acto sexual; si se niegan, los golpean con cinturones, los llevan a sitios donde los obligan a pasar frio, les dan descargas eléctricas”, explicó.
El funcionario informó que, de acuerdo con los testimonios, los porros también ejercen un control moral sobre los estudiantes a través de sus redes sociales, principalmente en grupos de WhatsApp y Facebook.
Las autoridades capitalinas recopilan más datos de grupos de porros que actúan en la universidad y que, a la fecha, se han contabilizado en al menos 43, tanto en preparatorias, Colegios de Ciencias y Humanidades, y en facultades.
Aunque ya se cuenta con información, aún faltan detalles para saber nombres, orígenes y filiaciones de los integrantes de estas organizaciones, que son consideradas como generadoras de violencia en escuelas y facultades.