¿Se repetirá?
Hace unos años, unos 32 años, el tiempo se paralizó cuando en México se alcanzó a percibir un eclipse solar.
Fue la tarde del 11 de julio de 1991 cuando por siete minutos y millones de personas alrededor del país dejaron de lado sus actividades para salir y presenciar el fenómeno astronómico.
El fenómeno comenzó a las 13:24 horas, tiempo en el que se hizo de noche en la Ciudad de México por seis minutos y 54 segundos. Fue el eclipse total de sol más largo del siglo XX.
Comenzó en el pacífico, pasó por México y Estados Unidos, continuó en Centroamérica y cubrió parte de Sudamérica. Su duración en su punto máximo de fue 7 minutos y 2 segundos.
Este episodio significó mucho para México científicamente debido a que despertó un gran interés público en la astronomía y la ciencia en general.
Aquel día, miles de personas se prepararon con anticipación para presenciar este evento, adquiriendo gafas especiales para proteger sus ojos y buscando los mejores lugares para tener una visión clara del fenómeno.
En redes sociales circulan videos e imágenes de aquel histórico momento, el cual congregó a cientos de mexicanos en la Zona Arqueológica de Teotihuacán, aunque otros prefirieron presenciarlo desde la plancha del Zócalo y otros desde las azoteas de sus hogares.
En un artículo publicado en la Gaceta UNAM en 2021, Julieta Fierro, investigadora del Instituto de Astronomía de la Máxima Casa de Estudios explicó que estos eventos ocurren cuando la Luna cubre completamente al Sol, llega la noche, se ven las estrellas y todo el horizonte se ilumina. “Es una belleza extraordinaria”.
La especialista recordó que, en aquella época, Alfonso Serrano director del Instituto de Astronomía de la UNAM, identificó el peligro de observar el fenómeno de forma directa antes de que sea un eclipse total, lo que puede dañar su retina y perder la vista, por lo que el científico alertó a las autoridades.
Fue así como el gobierno formó la “Comisión Intersecretarial para el Eclipse 1991”, con el fin de informar a la población sobre la importancia de evitar observar este fenómeno de forma directa, además, repartieron filtros especiales, y llamaron a observarlo en períodos de descanso.
Luego del eclipse el Sistema Nacional de Salud examinó alrededor de 96 personas que presentaron daños en la vista tras exponerse al eclipse de 7 a 10 minutos sin ningún tipo de protección, sin embargo, ninguno de los casos pasó a mayores, pues todos los afectados recuperaron su vista de forma total en cuatro meses.
Han pasado 32 años desde entonces, y el próximo sábado 14 de octubre tendrá lugar un eclipse anular que podrá observarse en todo el país, aunque serán los estados de Yucatán, Quintana Roo y Campeche en donde el fenómeno podrá apreciarse en un 90 por ciento, mientras que en el centro de México alcanzará un 70%.