Porque este caso puede ser un parteaguas en la atención de feminicidio y violencia de género
Fátima tenía 7 años cuando desapareció a las afueras de su escuela Enrique Rébsamen, ubicada en el poblado de Tulyehualco, de la alcaldía Xochimilco, en la Ciudad de México.
La única pista que hasta ahora tienen las autoridades es un video donde una mujer se lleva a la pequeña. De acuerdo con información recabada por El Universal, la mujer de la grabación vendía papitas por eso la niña la reconoció y se fue sin mayor resistencia. Sin embargo, esta versión no ha sido confirmada por las autoridades.
A continuación te dejamos las claves de este caso que estremeció al país.
LA DESAPARICIÓN
La pequeña Fátima asistía a la escuela por la tarde, salía a las 18:30 horas; sin embargo, el 11 de febrero su mamá se retrasó unos minutos y los profesores de la escuela decidieron dejarla afuera de la institución.
Fue en ese momento cuando la mujer apareció y se llevó a la pequeña. De acuerdo con testimonios de la familia, la madre de Fátima llegó 20 minutos después de la hora habitual y se percató que su pequeña no estaba. A partir de ahí se vivieron momentos de desesperación.
LAS AUTORIDADES
La familia aseguró que acudieron de inmediato al Ministerio Público para levantar la denuncia; sin embargo, las autoridades aseguraron que era necesario que transcurrieran 72 horas para abrir una carpeta de investigación.
La familia consiguió que en unas cuantas horas se emitiera la alerta Amber y al día siguiente, 12 de febrero, los vecinos comenzaron a pegar los carteles por toda la colonia. Pese a todo, las autoridades se presentaron hasta el 16 de febrero en la zona para empezar a realizar la investigación.
Ya era tarde, pues ese mismo día encontraron, en la delegación Tláhuac, un costal con los restos de una menor, horas más tarde, con pruebas de ADN confirmaron que se trataba de Fátima.
Aunque en un principio no quisieron revelar los resultados de la necropsia, ante rumores sobre cómo fue encontrada la menor, la Fiscalía confirmó que la muerte de Fátima fue por estrangulamiento; y desmintió la versión de que le hubiesen extirpado los órganos.
LA FAMILIA
Fátima era la más pequeña de sus hermanos. Vivía con su mamá, María Magdalena Antón, quien se dedicaba a vender dulces y a realizar labores domésticas. Su padre José Luis Aldrighett, de 71 años, se separó de Magdalena y se fue a vivir a Tláhuac, donde se dedicaba a manejar un moto-taxi.
De acuerdo con la información recabada por Animal Político, los vecinos definen a la niña como risueña, obediente y muy curiosa, si su madre le decía que se quedara quieta, la niña se entretenía con cualquier cosa. Nunca le celebraron un cumpleaños.
LA NEGLIGENCIA
Sonia López, hermana de la madre de Fátima, asegura que la niña estaría viva de no ser por la serie de negligencias que se cometieron en el caso, irregularidades y omisiones que comenzaron desde hace años, cuando denunciaron que Magdalena no estaba en condiciones para cuidar de sus hijos.
Por ello decidieron avisar al DIF y así poder monitorear a los infantes; sin embargo el expediente fue cerrado sin mayores investigaciones.
"Fátima estuvo en una situación muy vulnerable de la que alguien se aprovechó. Alguien vio que no había los cuidados pertinentes para Fátima y pensó que no íbamos a reclamar su nombre, que iba a pasar como una desconocida, que iba a ser una más de tantas miles que están desaparecidas en este país y no es así. Fátima no la vamos a olvidar, tiene que ser un nombre que recuerde que vivimos en un país de desaparecidos, de desigualdad, de gente que no le importa que sea una más”.
De acuerdo con el DIF de la Ciudad de México, en 2015, una persona cercana a la familia interpuso un reporte por descuido y maltrato emocional, personal del DIF acudió a la casa y la madre aseguró que una trabajadora social ya atendía su situación.
En 2017, la tía de Fátima volvió a reportar descuido y negligencia e incluso aseguró que su hermana tenía problemas de salud mental que le impedían cuidar debidamente a sus hijos. Ese fue el último reporte que se hizo.
Miguel López, tío de Fátima, advirtió que en su camino de búsqueda, en el que participaron más de 20 familiares, amigos y vecinos, se encontraron problemas como la lentitud en la integración del expediente, lo cual tardó más de 24 horas.
“La noche que desapareció la niña se intentó levantar la denuncia y en la agencia del Ministerio Público de Tláhuac no quisieron prestar atención las autoridades”, acusó.
Además detectaron la inutilidad de las cámaras de videovigilancia del Gobierno de la Ciudad de México, algunas por no estar bien enfocadas y otras por estar fuera de servicio.
“Hay mucha indiferencia ante este tipo de situaciones; las autoridades no son confiables porque no están capacitadas para actuar en estos procedimientos”, sostuvo Miguel.
LA ESCUELA
Pese a existir un protocolo para la entrega de menores, la escuela donde estudiaba Fátima incumplió la Guía Operativa para la Organización y Funcionamiento de los Servicios de Educación Inicial, Básica, Especial y para Adultos de las Escuelas Públicas de la Ciudad de México.
Según esta guía, la entrega de menores debe realizarse a padres de familia o familiares previa identificación, y en caso de que nadie reclame al menor en un lapso de 20 minutos, se debe canalizar al niño al Ministerio Público.
Con información de Animal Político, W Radio, El Universal y Radio Fórmula