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Casos de COVID-19 van en aumento, pero las bodas no paran

Bodas. | Estas fiestas han vuelto y se han convertido en un importante foco de contagios del nuevo coronavirus | Fuente: Pixabay

La madre del novio fue trasladada de urgencia al hospital, pues no podía respirar. Otros invitados también enfermaron durante días. La joven pareja, para ser honestos, pasó parte de su luna de miel enferma en cama. Pero todos estuvieron de acuerdo: fue una gran boda (“¡Esos centros de mesa!”).

No es que nada haya cambiado en realidad. Los meseros del evento llevaban cubrebocas y los obsequios de la fiesta para los asistentes incluían desinfectantes de manos. Pero las bodas masivas en México, con uno de los brotes virales más mortíferos del mundo, se han reanudado y avanzan como en 2019: con abrazos, cantos y bailes, convirtiendo el sagrado matrimonio en un súper evento de contagios.

En un país con la cuarta tasa de mortalidad por COVID-19 más alta del mundo, las revistas de estilo de vida están repletas de nuevo con novias y novios eufóricos en sus portadas. Después de una boda de 700 personas en Coahuila el mes pasado, las autoridades de salud confirmaron al menos 90 infecciones derivadas de ese evento.

Las bodas son un claro recordatorio de que las restricciones pandémicas del país han servido principalmente como sugerencias. El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha destacado a nivel mundial como uno de los líderes menos dispuestos a imponer un confinamiento estricto o predicar el valor de los cubrebocas y el distanciamiento social, siempre ansioso por volver a la vida normal.

“Es la mentalidad mexicana de ‘no va a pasar nada’”, dijo Alejandro, cuya boda en septiembre provocó que 20 invitados contrajeran el virus, incluida su madre, que fue hospitalizada pero ahora se está recuperando.

La fecha del evento de Alejandro había quedado establecida desde hacía meses. Consideraron cambiarla, pero “todos nos dijeron que la hiciéramos, a nadie parecía importarle”, añadió, pidiendo no revelar su apellido.

Casos aún en aumento

Los casos de COVID-19 en México siguen aumentando. Como gran parte de América Latina, que ha sido golpeada por el virus, el número de enfermos en México nunca disminuyó realmente durante el verano como lo hizo en otras partes del mundo. Cansado de volver a las medidas para quedarse en casa que inhabilitan la economía, el gobierno ha permitido que los estados emitan sus propias restricciones basadas en un sistema de cuatro niveles que establece límites, que rara vez se aplican, sobre el tamaño de las reuniones.

Cualquiera sea la etapa en la que se encuentre su entidad, los mexicanos parecen querer ir de fiesta.

El estado fronterizo de Chihuahua volvió a ponerse en rojo en el semáforo epidemiológico a fines de octubre, luego de un aumento en los casos de infección. Un pueblo recibió mil 200 quejas en un solo fin de semana relacionadas con fiestas ruidosas en las casas, afirmó el secretario de Salud del estado, Eduardo Fernández, en una entrevista radiofónica la semana pasada.

“Estamos viendo bodas y eventos masivos que son prácticamente imposibles de controlar”, comentó. El estado impuso uno de los toques de queda más estrictos del país.

Además de las bodas, otros eventos sociales como los tradicionales XV años, bautizos o fiestas de cumpleaños se han vuelto más comunes en los últimos meses, pese a la escalada en las infecciones. Plazas comerciales y restaurantes también muestran una mayor afluencia.

La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien recientemente dio positivo de COVID-19, advirtió que los aumentos en casos y hospitalizaciones pueden generar mayores restricciones.

“Tengo 70 pacientes enfermos en este momento de una sola boda porque, al segundo tequila, todos se quitan el cubrebocas”, señaló Francisco Moreno, jefe de medicina interna del Centro Médico ABC en la capital.

Cansancio general

“La gente está cansada y es como si hubieran estado encadenados a un poste durante meses, así que tan pronto como pudieron, todos salieron a correr y ahora estamos viendo bodas con 300, 400 personas. Está fuera de control”, dijo Moreno.

Su hospital está lleno y relató el caso de dos pacientes en las últimas semanas que murieron en la banqueta porque no pudieron ser ingresados.

Dijo que la reanudación de las fiestas a mediados de septiembre ha provocado la nueva sobrecarga en su centro de atención médica.

En Mexicali, Baja California, la boda de 300 invitados de un actor a principios de octubre resultó en más de 100 infecciones, dijeron las autoridades de salud. El propio feed de Instagram del actor muestra a invitados sin cubrebodas animando la entrada de la pareja al son de ‘Empire State of Mind’ de Jay-Z, mientras una ráfaga de bengalas iluminaba el fondo.

De vuelta en Ciudad de México, Alejandro afirma que se sentiría diferente respecto a su boda y la entrevista si su madre no hubiera sobrevivido.

“Cuando comenzamos a escuchar que la gente se enfermaba por asistir a nuestra boda, obviamente nos sentimos culpables”, dijo Alejandro. “Pero intentas decirte a ti mismo que las personas que estaban allí conocían los riesgos y decidieron ir. Es una extraña mezcla de sentimientos”.

Al explicar los motivos de sus invitados, citó una línea atribuida a los revolucionarios mexicanos Pancho Villa y Emiliano Zapata, aunque se desconoce su origen real: “Prefiero morir de pie que vivir arrodillado”.

Andrea Navarro / Bloomberg Businessweek 17.13.2020 Última actualización 17 noviembre 2020 17:13

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