¿Placer para complacer o para complacernos? De esta pregunta parte del punto de análisis de la activista Olimpia Coral, quien considera que plataformas digitales como OnlyFans, que en algunos lugares se venden como la 'promesa del empoderamiento', son en realidad espacios de explotación sexual de mujeres, que abusan de las necesidades económicas bajo el respaldo del "consentimiento".
"Deberíamos replantearnos de raíz una nueva forma de vivir nuestra sexualidad, para placer nuestro y no para complacer, eso es justamente la raíz de todo este debate. Podría estar equivocada, pero no puedo ser cómplice de un sistema proxeneta, de explotación, de mercantilización de los cuerpos de las niñas y de las mujeres, cuando yo tengo el lujo de estar viva y haber salido de esa violencia"
Olimpia Coral Melo
En internet es fácil encontrar hasta manuales para unirse a OnlyFans, basta con 'googlear' para darse cuenta. La plataforma de contenido erótico atrae preguntas, sobre todo de mujeres jóvenes, acerca de cuánto se paga por contenido y cuáles son los requisitos para unirse.
"Yo, que fui víctima de la explotación sexual en Internet, no me puedo dar la anuencia de poder convocar a decirles que internet es un lugar seguro para nosotras, sería irresponsable de mi parte decirles que vamos, que se empoderen y que hagan sexting, cuando sé perfectamente, como sobreviviente de esta condición de violencia, que todavía no existe el sexting seguro en una internet patriarcal", señala en entrevista para Nación321 la activista por violencia digital y género.
La activista también considera que este tipo de plataformas reafirman ciertos estereotipos y estigmas que históricamente han lastimado a las mujeres.
"Me parece fundamental entender que a veces el sistema nos hace pretender que nuestros cuerpos siempre tienen que estar al servicio, que siempre tienden a la cosificación, a la sexualización, a la hipercondición de servir y en Internet no es diferente".
De acuerdo con Olimpia -quien hace 10 años fue víctima de violencia digital, tras la difusión de un video sexual suyo sin su consentimiento-, a través de una falsa idea de empoderamiento y amparados en el "consentimiento", quienes se benefician de los contenidos que se realizan en OnlyFans son en realidad un reducido grupo de personas... o mejor dicho, explotadores.
"Me parece importante llevarnos al meollo de la situación, sin revictimizar y sin culpar directamente a las mujeres, a las personas que realizan trabajo en estas condiciones, que no solamente tiene que ver con una condición de precarización y de pobreza, sino con todo un sistema, en donde las condiciones, a veces de de precarización, hacen que las mujeres, principalmente las niñas en desigualdades, seamos víctimas de esta mal llamada cultura porno, que al final del día vuelve a condicionarnos a ser mercancía", explica.
En informes de 2022, se informó que OnlyFans le proporcionó, desde 2020, más de 500 millones de dólares a su único propietario.
"Damos consentimiento a la plataforma porque pensamos que nosotras nos beneficiamos, pero desgraciadamente no es así, se benefician proxenetas y, desgraciadamente, ninguna ley, ni la que está por aprobarse en Inglaterra, ni la de España o Estados Unidos, ni la de México, alcanzan para poder generar esta condición", dice.
La Ley Olimpia nació como una serie de reformas a las leyes locales de Puebla, donde la activista inició su lucha. Con el esfuerzo de colectivas como defensoras Digitales y el Frente Nacional para la Sororidad, este 2023 ya es una realidad a nivel nacional. El punto central de la Ley es reconocer que lo digital es real y que las mujeres enfrentan violencias machistas no sólo en sus espacios físicos, sino también en internet.
La Ley pena a quien difunda o comercialice material íntimo de una persona sin su autorización. Sobre los contenidos difundidos en OnlyFans, Olimpia señala que es muy complejo que la Ley pueda aplicar.
"El uso de las narrativas que ha utilizado el sistema de explotación han sido justamente esas, el hacernos creer que ya hay nuestro consentimiento. Al final del día juegan y evaden las luchas de las mujeres para 'protegerse'; todavía hay mucho que replantearnos sobre el consentimiento (...) Las reglas y condiciones de estas plataformas, machistas y patriarcales son un engaño, sólo algunos casos en los que sí puede aplicar, pero es muy difícil"
Olimpia Coral Melo