Como parte de la sesión solemne para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la activista Olimpia Coral Melo hizo un llamado a dejar de usar las causas feministas como botín político y a aprobar el aborto en todo el país.
Durante la sesión, la activista “regañó” a los diputados que no ponían atención a su discurso, a quienes pidió que la escucharan no por ser “Olimpia la de la Ley Olimpia” sino como la mujer proveniente de la sierra Norte de Puebla que hace algunos años intentó suicidarse por violencia digital.
Al continuar con su discurso, recordó a los legisladores que la aprobación de la Ley Olimpia no hubiera sido posible sin el apoyo de las y los legisladores de cada estado, sin embargo, dijo, los partidos han aprovechado la lucha feminista para ganarse votos sin comprometerse con la erradicación de la violencia contra la mujer.
“Quiero decirles que portar un símbolo feminista no debería servir al capitalismo, mientras que para los partidos políticos usar un pañuelo verde, morado y naranja, significa votos, aceptación, moda, para nosotras portar uno a veces significa una sentencia de muerte, de ese tamaño es el abismo que vivimos entre ustedes y nosotras”, dijo desde la tribuna.
En su intervención de más de 30 minutos, reprochó la falta de acción y las posturas ante la legalización del aborto, una de las principales consignas de la lucha feminista.
Le dijo a los legisladores que no necesitan ser llamados aliados de la lucha feminista, ni necesitan recibir reconocimientos o un lugar en los contingentes.
“Ser provida, escúchenme bien, ser provida es donar órganos, donar sangre, adoptar y no comprar animales, no obligar a una niña de 12 años a parir. No somos asesinas, asesinos son ustedes. En el aborto clandestino las que mueren son mujeres”, dijo.
También les pidió tener conciencia, entendiendo esto como dejar de romantizar el amor incondicional y reconocer que uno de los factores de empobrecimiento de las mujeres son las dobles jornadas de trabajo de ser madres, abuelas, esposas y trabajadoras porque detrás de los señoritingos del poder, está una mujer precarizada sirviendo con el doble discurso de la entrega incondicional, explicó.
“Tener conciencia es no criminalizar la protesta y, en su lugar, pensar que el pueblo consciente se une al contingente”, expresó.