Las noches en Acapulco no se pueden concebir sin el mítico Baby' O, una de las discotecas más conocidas no sólo de Acapulco, también de México.
La discoteca se hizo famosa en la década de los noventa por ser uno de los lugares preferidos de ricos y famoso como Luis Miguel, y prominentes empresarios como Emilio Azcárraga; sin embargo esta mañana un incendio acabó con el mítico lugar.
Hasta el momento, las autoridades no han dado a conocer los detalles de qué fue lo que provocó el siniestro.
En Nación321 te contamos por qué este lugar se convirtió en la identidad del puerto de Acapulco.
EL INICIO
La discoteca de fantasía se inauguró el 28 de diciembre de 1976, sus dueños Eduardo Césarman y Rafael Villafañe organizaron una fiesta con todo el glamour posible. Invitados exclusivos, modelos, empresarios, todos se dieron cita en el lugar que prometía ser el Studio 54 de México
"El ambiente fue la locura, hubo glamour, alegría, todos bailaron. Se llenó de modelos internacionales y vino el diseñador Roy Halston", dijo José Luis Tellechea El Puma a la revista Quien.
Cuenta la leyenda... bueno, no, lo ha contado en innumerables ocasiones Césarman, que en sus inicios, el Baby no tenía mucha gente, solo iban sus amigos que no tenían un peso en la bolsa y no había para pagar la nómina. Fue un año después cuando organizaron una mítica fiesta en donde no se dejó salir a nadie hasta después de las 6 de la mañana.
"Cerramos puertas y advertimos: ‘Nadie sale hasta las 6 de la mañana'. Abríamos botellas de champaña y mojábamos a todo mundo. Así empezó la locura del Baby'O. Desde entonces Baby se volvió un lugar mágico".
Uno de los plus de este lugar es el servicio, pues los dueños decidieron contratar a los mejores meseros.
"Contrataron meseros nice, chilangos galanes que hablaban inglés fluido y deambulaban entre las mesas, hábiles para alentar el desmadre y, por tanto, el consumo. Con sus elegantes delantales, Pato Domínguez, Jorge Falcón, Carlos Álvarez, Tito Rule, Fernando Lebrija y otros ejercían el oficio de platicar, seducir, abrazar, besar y, claro, invitar a las mujeres a beber Conmemorativo y Bacardí, bebidas reinas hace dos décadas. Con sobrepoblación de guapas atraídas por gigolós latinos, automáticamente acudían hombres en masa. Ergo, más dinero. La función de esos chavos era andar de picaflores", explica El Puma para Quien.
LAS CELEBRIDADES
La exclusividad y poder ver a alguna celebridad nacional o internacional fue una de las cosas que hizo leyenda a la discoteca. De acuerdo con su fundador, no hay celebridad mexicana que no haya pisado el Baby, y entre la farándula internacional están Julio Iglesias, Ringo Star, Bono, Michael Jordan y Madonna.
Pero pese a todo este desfile, una estrella mexicana lo catapultó a la fama: Luis Miguel.
"Todo mundo quería tomarse fotos con Luis Miguel, todos querían estar en su mesa".
Sin embargo, las estrellas no son las que han mantenido vivo al lugar, sino la comunidad judía.
"Se ha mantenido por la comunidad judía que lo tomó como un lugar propio, es un lugar de la comunidad, son ellos los que lograron que la discoteca sobreviviera todos estos años", explicó Césarman.
LA POLÍTICA MEXICANA
Con el paso de los años, la clientela internacional bajó, pero llegaron nuevos visitantes: la clase política mexicana.
Pedro Ojeda Paullada, jerarca del PRI de la época; el empresario Olegario Vázquez Raña, los Rigoletti, los Helfon, el director de la Comisión Federal de Electricidad, Alfredo Elías Ayub, el banquero Alfredo Harp, y los descendientes de Gustavo Díaz Ordaz, entre otros, fueron los políticos y empresarios que pasaron por el antro.
Una de las anécdotas más sonadas fue el asesinato de Marco Hernández Albarrán, hijo del jefe de la Policía Vial de Acapulco. De acuerdo con los testigos de la época, el joven iba armado y tuvo pleito con los guardaespaldas de Carmen Romano, esposa del entonces presidente de México José López Portillo.
"Marco salió del Baby de madrugada y abordó su auto junto a su novia. A la chava le dijeron cosas unos güeyes, eran del Estado Mayor Presidencial, los guaruras de doña Carmen, que alcoholizados esperaban a su patrona. Marco, encabritado por los piropos a su chica, se llevó la mano al cinturón. Sacó el fuete y hubo balazos dentro de su carro. Se sentía hijo de papi y le salieron unos más gallos".
Según los testigos, uno delos guardaespaldas disparó, Marco devolvió el balazo, pero otro de los escoltas se defendió y lo mató.
Al día siguiente, el almirante Alfonso Argudín, presidente municipal de Acapulco, cerró el antro. Pero minutos después de la clausura recibió llamadas de la Secretaría de Gobernación, del Departamento del DF y del gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, para que lo abriera de inmediato.
El expresidente de México también fue uno de los que visitó el lugar, aunque solo fue en dos ocasiones, cuenta el dueño del antro.
ES FRESA
Según Eduardo Césarman, la magia del Baby se debe a que es un antro fresa y cuidan muy bien a sus clientes.
Ponemos música ochentera, un poco de rock, creamos un ambiente muy familiar, aunque no lo creas. Si vemos que alguien ya se pasó de copas lo sacamos y lo mandamos en taxi a su casa. Si hay famoso los cuidamos, dejamos que no se les acerquen, que no les tomen fotos, eso es el trato que damos", explica en diversas entrevistas el fundador del lugar.
UN ANTRO ELITISTA
Pero el Baby también echó fama por ser elitista. Carlos Legarreta, quien fue uno de los gerentes del lugar, explicó que su labor era mantener la exclusividad en la disco y "vestirla" de manera bonita por lo que seleccionaba muy bien a la gente que debía entrar.
Cuenta que en las mesas cercanas a la pista, las de mayor exclusividad, solo entraban amigos e invitados especiales, luego, en otras áreas del lugar dejaba a chavas muy guapas, solteras, y las parejas en un lugar más escondido.
Pero eso sí, todos debían ser "bonitos".
"Yo vestía a la discoteca con gente bonita y también buscaba gente que sirviera al Baby en lo político y económico. No estaban tan fuertes Profeco ni Derechos Humanos. Si descubría que clientes que ya estaban dentro no eran "bonitos a la vista", no conocía escrúpulos y le decía al jefe de puerta: ‘Los sacas ahorita'".