El gobierno federal justificó la construcción de Santa Lucía al señalar que permitiría “solucionar la situación de saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM)”, pero expertos consultados por El Financieroadvirtieron que esto no ocurrirá.
“Para resolver la saturación se tendrían que mover, por lo menos, el 30 por ciento de las operaciones del AICM hacia los otros dos aeropuertos (el de Santa Lucía y el de Toluca), el equivalente a 12 millones de pasajeros si se toma como referencia el cierre del 2021, cuando el aeropuerto ‘Benito Juárez’ movió a 36 millones de viajeros”, advirtió Fernando Gómez Suárez, analista del sector aeronáutico.
El jueves pasado, la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) declaró oficialmente la saturación de las dos terminales del aeropuerto capitalino e instruyó al concesionario, es decir el gobierno federal, a revisar los horarios de operaciones del AICM para garantizar la operación eficiente.
Sin embargo, el gobierno federal no ha presentado un plan, desde el punto de vista de negocios, que establezca qué operaciones o con qué vocación se está previendo opere cada uno de los tres puertos aéreos, por lo que las aerolíneas decidirán qué vuelos operar desde cada uno de las tres terminales aéreas.
De esa forma, no se puede resolver la saturación en el espacio aéreo ni en el Aeropuerto de la Ciudad de México, que en marzo estima tener hasta mil 76 operaciones diarias, con 12 franjas horarias en saturación o muy cerca de ellas. En ese mismo escenario, Toluca tendrá solo dos operaciones comerciales diarias y Santa Lucía ocho.
“Santa Lucía no fue planteado como un aeropuerto nuevo, sino para desconcentrar el AICM. No es un aeropuerto nuevo para un área que requiere transporte aéreo: Santa Lucía podría quedar reducido a un aeropuerto regional”, advirtió Fernando Gómez
Por su parte, Rafael Echevarne, director general del Consejo Internacional de Aeropuertos en Latinoamérica (ACI-LAC), destacó que la clave es saber cómo se va a integrar la operación de los tres aeropuertos, su rol y cuáles son las capacidades de esa infraestructura, además de las vías de comunicación hacia el centro de la Ciudad de México.
“Sería una pena que no hubiera un plan de integración porque, lo que interesa en el mundo, es la utilización eficiente de las infraestructuras, es una pena tener un aeropuerto si no se usa, ¿por qué no se usa un aeropuerto? Hay muchas razones, el aeropuerto de Toluca lleva mucho tiempo allí, ¿por qué no tiene éxito? ¿Por qué no hay vuelos?”, planteó el directivo de la ACI LAC.
Echevarne recordó que, si el aeropuerto capitalino tuviera la capacidad de crecer, tener nuevas terminales, no se habría planteado la necesidad de otro aeropuerto, pero advirtió que, con Santa Lucía, se tendrá un aeropuerto que cubra la demanda local y no necesariamente un centro de conexiones que descongestione el Aeropuerto de la Ciudad de México.
“Si tuviera capacidad, una aerolínea decidiría volar al Benito Juárez, porque tener un aeropuerto en donde tienes a todas las aerolíneas te da más posibilidad de conectar”, explicó el directivo.
Ambos expertos, Echevarne como Gómez coinciden en que ya con los tres aeropuertos, se debe crear una estrategia para proveer de servicios aéreos desde todos las terminales en el Valle de México.
A propósito de ello, Rogelio Rodríguez, abogado en derecho aéreo y espacial, sugirió que el gobierno federal debe negociar con las aerolíneas para que estas mantengan un nivel considerable de operaciones desde el aeropuerto Felipe Ángeles, además de reactivar aeropuertos infrautilizados como el de Cuernavaca, al igual que el de Toluca, en donde se invirtieron millones de pesos, pero que están prácticamente sin pasajeros.