En 2020, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro informó que el 25% de las averías en las escaleras eléctricas de las estaciones, suceden debido a que los usuarios las orinan.
A dos años de esta revelación, una solicitud de información detalló que los daños por residuos de orina, han afectado al menos a 131 escaleras eléctricas, según informes del STC y empresas particulares, como Mitsubishi y Schneider Electric.
Entre las consecuencias que a mediano plazo generan los orines, están corrosión y cortos circuitos.
Asimismo, en la solicitud de información 0325000005820, se detalló que los daños también han llegado a 29 elevadores, que han sido víctimas de filtraciones de orina, siendo afectados principalmente en "los tableros del PLC causando cortos y daño en cables".
En el caso de las escaleras, el Metro cuenta con un informe a detalle de cada una.
Por ejemplo, en la "escalera l2" de la estación Centro Médico, se especifica que está "afectada por orines", que han causado el deterioro de paneles inicio, molduras y tornillería, por corrosión por orina,
Asimismo, se especifica que estos daños acortan la vida de la cadena viajera y por ende de los peldaños. Al mismo tiempo, los rieles de carga y descarga tienen más tendencia a fracturarse o corroerse.