Si la gente no tiene opciones eficientes de transporte público resolverá sus traslados de la forma en que dios, y el mercado, le den a entender. Dicho de otra forma, si los gobiernos fallan en sus obligaciones de movilidad, llegará, por ejemplo, la multiplicación de las motocicletas.
La proliferación de motocicletas, incluidas las ahora muy populares honey whale, es una respuesta a un problema, no el problema. Una reacción, eso sí, que a su vez acarrea otras situaciones problemáticas.
En ese sentido, comencemos con lo más grave: se están muriendo muchos (demasiados) motociclistas en la Ciudad de México*, y muchos de ellos fallecen incluso en percances donde no está involucrado otro vehículo.
El reporte del segundo trimestre de 2024 de la Secretaría de Movilidad de la CDMX sobre “hechos de tránsito” registra que de las 148 personas fallecidas en ese periodo, 47% (69) eran conductores o pasajeros de motocicleta y 31% (46) peatones.
Dicho de otra forma, prácticamente un motociclista muere al día. Y van diez trimestres consecutivos en los que “los motociclistas registraron el porcentaje más alto de personas fallecidas en el sitio de ocurrencia del hecho de tránsito respecto del total”.
Entonces, si tenemos que hablar de las motos no es sólo porque los automovilistas y peatones creamos que se han vuelto un nuevo factor de estrés a la hora de intentar moverse en la metrópoli, sino porque, por principio de cuentas, ellos (son 80% hombres) están pereciendo.
Además, por este dato: 55 por ciento (38 de 69) “de los ocupantes de motocicleta fallecieron –en el segundo trimestre de 2024– por un siniestro sin otro vehículo involucrado o por choque contra un poste o árbol”.
¿Qué tanto una ciudad donde se otorgan licencias de conducir sin examen alguno de pericia ni de educación vial es corresponsable de percances como los que padecen los motociclistas? Claro, dirán que para conducir una moto se requiere licencia especial, ¿de verdad?
Aquí entramos al segundo punto. En los tiempos de vehículos tipo honey whale y similares, ¿qué es una moto?
Una respuesta correcta diría que es eso que permite a muchos de escasos recursos escapar a la condena del transporte público y/o ingresar algo como repartidor.
De cara al Buen Fin, en el sitio en donde venden las honey whale (hay modelos de unos 10 mil pesos) advierten que en esta temporada han tenido tanta demanda que piden paciencia porque los pedidos podrían tardar más de lo común.
A pocos sorprenderán tales ventas. Vender motos lleva años al alza, tendencia que podría estarse reflejando en los percances: el histórico del reporte de la Secretaría de Movilidad exhibe cómo a partir de 2020 las muertes de motociclistas van escalando y se disparan en 2022.
En el mismo sentido: el mayor porcentaje de personas lesionadas en la vialidad en el segundo trimestre de 2024 son motociclistas: 42 por ciento, el triple que los conductores de vehículos o que los peatones.
Finalmente, las motocicletas han aumentado porque muchos financiamos su explosión a la hora de pagar servicios de envío de productos varios y/o comida.
Entonces por qué quejarse si luego como peatones o automovilistas nos parecen, esos mismos vehículos, molestos y peligrosos.
Hablemos de las motos. Sí, del peligro para sus conductores, de la precarización de éstos con trabajos sin seguro médico, y de que esa explosión obedece a la falta de gobierno y a nuestra tendencia a creernos ajenos al problema.
*Lo cual es probable, porque aquí uso sólo estadísticas de la capital de la República, que ocurra en otras ciudades del país.