Hay quien sostiene que el Presidente, durante su larga trayectoria electoral, ha visitado el país como ninguno otro lo ha hecho, incluso hay quien afirma que ha recorrido todos los municipios. Hay también quien contradice esta versión, señalándola como una exageración.
Sea cierto o no que haya visitado cada comuna, no se le puede regatear su profundo conocimiento sobre los rincones de la República. Esto no es solo anecdótico: el conocimiento de la geografía del país, más allá de las ciudades pobladas, es clave para el impulso de una agenda municipalista por parte del primer mandatario. La oportunidad de revolucionar el primer nivel de gobierno está frente a nosotros y valdría la pena aprovechar este momento histórico. Revisemos los antecedentes.
Como pocos políticos en la época reciente, AMLO ha padecido las terracerías serranas, se ha enfrentado a los reclamos de las delegaciones lejanas de primera mano y ha dado cuenta de lo que muchos gobernantes han dejado a un lado: la emergencia que viven la mayoría de los municipios del país en temas tan variados como la inseguridad, la depredación de los recursos naturales o el despojo. Y a la par, también es testigo de la ausencia de los recursos necesarios para poder hacer frente a esta situación.
Para poder afrontar estas problemáticas ha impulsado esfuerzos desde diversas trincheras, como la promesa de desconcentración de las secretarías de la administración federal para lograr mayor dinamismo económico y social fuera de la capital; también trabaja en la instalación de cientos planteles de la Universidad Benito Juárez en municipios que actualmente no tienen cobertura de educación superior, y ha impulsado que los delegados de sus programas sociales tengan presencia en todos los municipios de sus estados, entre otras medidas. Sin embargo, un punto en su agenda que podría convenir para su gobierno, y en general para la población mexicana, es el análisis y la discusión sobre los gobiernos municipales, sus atribuciones, recursos, coordinación y normativa.
Año tras año, el país padece problemas muy similares en los 2,458 municipios y en las 16 nuevas alcaldías de la Ciudad de México. Agujeros presupuestales que no permiten hacer inversiones sino continuar la inercia, falta de personal y de capacitación para que puedan realizar su trabajo de manera óptima, presiones económicas, inmobiliarias o extractivas que se anteponen a las necesidades comunitarias, la falta de proyectos serios para la gestión de los residuos, la ruptura de continuidad en proyectos a largo plazo, la captura de la nómina municipal por grupos de interés y una constante falla en proveer los servicios municipales, son algunos de esos males que parecen inherentes al gobierno municipal. Sin embargo, estas condiciones sí pueden cambiar e impulsar al municipalismo podría transformar la vida de millones de personas.
Las transformaciones que pretende el gobierno actual no serán sin los municipios. De este nivel de gobierno depende la administración pública más cercana, en donde puede ser materializada la reforma más inmediata para cambiar la calidad de vida de la población.
El gobierno actual podría ponerse como meta impulsar reformas que logren, por poner algunos ejemplos, construir el servicio profesional de carrera para los municipios, abrir la elección de las regidurías así como definir de manera más clara las actividades que deben realizar estos funcionarios; generar capacitaciones obligatorias para todas las personas que componen al cabildo así como de los órganos técnicos de gran relevancia para las comunas; también se podrían impulsar las redes intermunicipales para compartir experiencias y conocimientos entre ediles y, desde luego, revisar el apoyo y capacitación que la Guardia Nacional podría brindar a las corporaciones policiacas.
Es innegable que hoy en día hay servidores públicos en todo el país que, desde su trabajo en el ayuntamiento, están luchando para lograr una adecuada gestión de residuos, que trabajan por el desarrollo urbano y agrícola sustentable y ordenado, que le apuestan a la proximidad de sus policías y en hacer sus ciudades para sus habitantes. Sin embargo, debemos reconocer las carencias que presenta este nivel de gobierno y discutir con amplitud qué cambios necesita nuestro actual modelo.
La administración actual puede articular un gran cambio para los habitantes del país a partir de volver la mirada a la unidad mínima de administración. Que las visitas de AMLO por cada rincón del país a lo largo de los años ayuden a impulsar un municipalismo renovado, capaz, sustentable, justo y con los elementos mínimos para poder hacer frente a los problemas de México.