Nación321 quiere conocer y dar a conocer qué piensan los jóvenes en México. Con este fin abrimos NUEVAS IDEAS, un espacio para que los ciudadanos escriban sus puntos de vista sobre la realidad que vive nuestro país y el mundo. Hoy escribe Alfredo Mora Pavón
"Cuando la tiranía es ley, la revolución es orden", dice una de las líneas más famosas de Calle 13, de la canción Adentro.
Replicada en estados de Facebook, tuits y un sinnúmero de tatuajes en cuerpos de todos los rincones del mundo, me sorprendió enterarme que la frase no es autoría de Residente (vocalista de Calle 13) sino de Pedro Albizu Campos, libertador de Puerto Rico.
En tres semanas, las palabras se han viralizado y convertido en uno de los gritos de guerra más repetidos a lo largo de todo Puerto Rico.
¿La razón? tras la filtración de casi 900 páginas del chat grupal en Telegram de Ricardo Roselló, gobernador de Puerto Rico y su equipo, las manifestaciones exigiendo su dimisión se multiplicaron por todo el territorio puertorriqueño, llevando a cientos de miles de personas a la calle.
Asumo el riesgo de afirmar que lo sorprendente en toda esta coyuntura no es el contenido del chat, en el que se vertieron todo tipo de comentarios machistas, homofóbicos, misóginos, y profundamente desconsiderados hacia las miles de víctimas del huracán María que, dejó más de tres mil personas muertas en 2017.
Deberán disculparme las y los ciudadanos puertorriqueños; escribiendo esto desde México, un país en el que la clase política no se cansa de inyectar a los ciudadanos sobredosis de vulgaridad, cinismo y descaro frente a la realidad; encuentro las palabras de Roselló y su círculo cercano, graves, hirientes pero no descomunales.
La impunidad se esconde, primero, en el entretejido político y legal de estados de derecho reducidos al mínimo, y segundo, en el desdén y desinterés ciudadano. Hace apenas unas horas, sostenía una reunión en un espacio de coworking en la plaza comercial Artz Pedregal, cuando una balacera interrumpió los alimentos, compras y trabajo de cientos de personas.
Horas después me percaté de lo triste de mi reacción: más que aterrorizarme y buscar refugio seguro, dije a quienes me acompañaban en la reunión, todos extranjeros: “Bienvenidos a México, no se preocupen, ya pasará”.
"Aguantamos al culpable cuando se hace el inocente, aguantamos cada año a nuestro puto presidente" dice Residente en otra de sus famosas composiciones, El Aguante.
Esta es la realidad de México: miles de personas asesinadas, secuestradas y desaparecidas en los últimos años, en una escalada que no se detiene; cantidades estratosféricas de dinero relacionados en casos de corrupción, escándalos que todos los días involucran a empresarios y políticos de todos los niveles.
Parecemos perfectamente adiestrados para lo inevitable: disculpas públicas envueltas en un discurso conmovedor como la ruta corta para garantizar que el puesto, el sueldo y el cinismo se mantengan con total impunidad.
Para Ricardo Ricky Roselló parecía suficiente salir a una conferencia de prensa afirmando que el chat le permitía “liberar tensiones”. Que Roselló y su equipo hayan armado un grupo de chat e intercambiado tonterías sin límite es, sin lugar a dudas, una muestra representativa de las clases políticas a lo largo y ancho de nuestro continente.
Entremos en lo realmente sorprendente. El mismo día de la filtración realizada por el Centro de Periodismo Investigativo (@cpipr), Residente lanzó un mensaje a sus casi de 3.5 millones de seguidores en Instagram:
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de René Pérez Joglar (@residente) el
Quienes seguimos a Residente desde hace más de 15 años, entendemos que esta palabras se suman a un largo historial activista que bien le ha valido una presencia importante entre las rebeldías latinoamericanas y, muy probablemente, serán la base de su vasta y multipremiada discografía en los próximos años.
Pero el mensaje fue el inicio de una avalancha impresionante, que estoy seguro, el propio René no esperaba: Marc Anthony, Ricky Martin (uno de los aludidos en el chat), Luis Fonsi, Nicky Jam, Benicio del Toro, Olga Tañon, Kany García, Pedro Capó y el exboxeador Félix 'Tito' Trinidad llamaron en sus redes sociales a protestar en en las calles puertorriqueñas, logrando que, al menos, tres grandes manifestaciones alcanzaran cifras históricas de asistentes.
El 17 de julio, cuatro días después de la filtración, fuimos testigos (virtuales) de otro hito digital: Residente, Ileana Cabra, y ¡Bad Bunny! (sí, el reggaetonero) bajo la producción de Trooko lanzaron un tema en YouTube en contra de Roselló.
Hasta el momento la canción tiene casi 6 millones de reproducciones y la letra ha valido los aplausos para René y, sobre todo, para Bad Bunny a quien hasta ese momento no se le reconocía cercanía con luchas sociales.
Puerto Rico cuenta con una población que rebasa los 3 millones de habitantes. El impacto global del activismo de Nicky Jam (32 millones de seguidores), Bad Bunny (18.4 millones), Ricky Martin (12.5 millones) y Luis Fonsi (8.5 milliones, Residente (3.5 millones), entre otros, se convirtió en un golpe letal; el jueves, Roselló anunció su renuncia al cargo de gobernador.
Primero como espacios de interacción virtual, después como vitrinas y modelos de negocio millonarios, hasta ahora Instagram y Facebook (Twitter sigue resolviendo sus formas de monetización y se ha quedado ciertamente rezagado) no habían logrado sumar a influencers de alcance global a una causa que, en en pocos días, revirtió la decisión de un gobernante latinoamericano de mantenerse en el poder y luego, renunciar.
Es cierto que podíamos esperar una reacción de esta magnitud de personajes como Residente y Ricky Martin, cercanos a causas sociales y políticas durante muchos años (y que seguramente sumarán millones de seguidores y decenas conciertos vendidos en los próximos meses), pero también vale preguntarse: ¿y el resto de influencers quienes no les conocíamos el perfil rebelde? ¿se trata de conciencia o maniobra publicitaria?
¿Se vale combinar ambas en forma legítima? ¿la rebeldía es buen marketing entre las nuevas generaciones?
También es cierto que no estamos ni cerca de un movimiento social o un proceso revolucionario (en serio, ni de cerca), pero sí frente a una protesta masiva que, extraordinariamente alimentada por el poder digital de los influencers puertorriqueños, debería darnos materia para reflexionar y debatir sobre algunas cuestiones: ¿quién tiene el poder y cómo lo ejerce? ¿empezamos a ver la muerte de la impunidad política? ¿se acabaron los intocables? ¿quiénes son los grandes beneficiados? ¿son los influencers, los ciudadanos o los grandes medios digitales?
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*Alfredo Mora Pavón es politólogo e historiador, las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad exclusiva del autor