Opinión

Enrique Quintana: Un ‘destape’ que ya viene

La decisión. | Peña Nieto durante el cierre de la Asamblea Nacional Ordinaria del PRI en 2013 | Fuente: Cuartoscuro

Había la intención de esperar hasta el último día que fuera posible. La situación del Frente conformado por PAN-PRD-MC, las posibilidades de que acuerden un candidato único o las posibilidades de su fractura, resultaban datos importantes para la decisión de quién sería el candidato del PRI a la Presidencia de la República.

Pero, como aquí le comentamos, la premura para definir podría estar determinada por un ambiente inestable en lo económico y financiero, o bien, difícil ya de controlar en lo político.

El Frente sigue debatiéndose entre la intención de Ricardo Anaya de ser el candidato y la posibilidad de que al final de cuentas, Alejandra Barrales no logre evitar una división en el PRD si Miguel Mancera toma la determinación de romper con el Frente por no estar de acuerdo con los métodos de designación del candidato.

En lo financiero, pese a una Quinta Ronda de negociaciones para modernizar el TLCAN que no produjo avances en los temas complicados y aun con la inminencia de la salida de Carstens del Banxico, la situación está completamente estable, con una paridad que se ubicaba en 18.64 pesos por dólar la noche de ayer.

Sin embargo, donde las cosas no están tranquilas es al interior del PRI.

Los riesgos de que haya resbalones, filtraciones, errores de última hora, han crecido muchísimo.

Los elogios de Videgaray al secretario de Hacienda, hace un par de días, encontraron una inusual respuesta del presidente Peña, quien señaló que el PRI no elegiría a su candidato por elogios o por aplausos.

El propio Videgaray, a través de Twiter tuvo que aclarar, al referirse a los tres secretarios que acudieron al encuentro con la comunidad diplomática:

“…a los tres los presenté con calidez, gratitud y reconocimiento a su talento y trayectoria. No hay que confundir eso con otra cosa. Las decisiones políticas se tomarán donde deban tomarse”, escribió ayer por la mañana.

El problema es que, así como se interpretaron los dichos de Videgaray como un “predestape”, otros dichos o hechos podrían abonar a la confusión entre los priistas.

El recuerdo del equívoco que tuvo Alfredo del Mazo en 1987, cuando “destapó” a Sergio García Ramírez, está en la memoria priista.

Y las aguas andan muy picadas como para arriesgar a que se vaya a producir algo como aquello.

Por esa razón, si el presidente Peña aún no toma su decisión, deberá tomarla con la información disponible y con la prospección que pueda hacer.

Y, esa decisión puede hacerse pública casi en cualquier momento.

La emisión de la Convocatoria del PRI el día de ayer, para cumplir con los tiempos legales, salvó el último trámite legal que debería darse antes del ‘destape’.

Dice la Sexta Base de la Convocatoria:

“Las y los aspirantes simpatizantes manifestarán personalmente y por escrito, con firma autógrafa, su intención de participar en el proceso interno… a más tardar el 30 de noviembre de 2017”.

Los aspirantes militantes tendrán hasta el 3 de diciembre para el registro.

Dicho con claridad, si el candidato fuera Meade, seguramente su ‘destape’ debería ocurrir a más tardar el jueves 30 de noviembre. Si fuera algún militante, a más tardar el domingo 3 de diciembre.

Sin embargo, las fechas son límites máximos, por lo que, tras emitida la convocatoria ayer, las “palabras mayores” serán pronunciadas en cualquier momento de las siguientes horas o de los próximos días.

Enrique Quintana 24.23.2017 Última actualización 24 noviembre 2017 7:23

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