Opinión

Enrique Quintana: Moody’s hace su jugada anticipadamente

La jugada. | Moody’s tomó la decisión de cambiar la perspectiva de la deuda de México, y bajarla de estable a negativa | Fuente: Shutterstock

Ayer, una de las principales calificadoras del mundo, Moody’s, tomó la decisión de cambiar la perspectiva de la deuda del gobierno mexicano, y bajarla de estable a negativa.

Las calificadoras emiten dos notas. Una que se refiere a la situación presente y otra a su visión del futuro.

La calificación presente fue ratificada. Se mantiene en Baa2, esto quiere decir que está dos escalones por encima de lo necesario para mantener el grado de inversión.

La razón de mantener la nota es que considera que el perfil crediticio de México se beneficia de una sólida condición económica y de los beneficios potenciales del nearshoring, entre lo más relevante.

Pero, lo que sí cambió fue su visión del futuro.

Se lee textualmente en su comunicación: “El deterioro de la asequibilidad de la deuda y una mayor rigidez del gasto público dificultan la consolidación fiscal”.

Más adelante, expresa:

“Si bien nuestra evaluación de la calidad de las instituciones en México ya es baja en comparación con sus pares calificadores, particularmente en lo que respecta al Estado de derecho y el control de la corrupción, evaluaremos si un mayor deterioro en el marco de formulación de políticas y la independencia del sistema judicial podría limitar la capacidad del gobierno para abordar los crecientes desafíos crediticios”.

Sorprendió a muchos, incluida a la propia Secretaría de Hacienda, que se haya tomado esta decisión justo en la víspera de que se presente el Paquete Económico para 2025.

Hubiera parecido más razonable que la calificadora hubiera esperado un día más para contar con una más amplia información de la perspectiva fiscal, económica y financiera del próximo año.

O, hubo un proceso burocrático interno en Moody’s que determinó la emisión de su documento sin importar la coyuntura o le está mandando un mensaje al gobierno mexicano, señalando que, al margen del contenido de su Paquete para el próximo año, ya hay evidencias suficientes para hacer el ajuste en la perspectiva.

Cualquiera que haya sido el caso, la realidad es que tuvo un impacto menor a lo esperado en el mercado cambiario, usualmente, el más sensible respecto a estos ajustes, que en el curso de la tarde tuvo solo un ajuste marginal.

El grueso de los inversionistas está atento a lo que en el curso del día de hoy dé a conocer la Secretaría de Hacienda.

Se ha descontado en el mercado que quizás no se logre una reducción del déficit hasta el 3 por ciento del PIB, como fue propuesto en los Precriterios de Política Económica.

Aun si el déficit previsto para el próximo año fuera del 4 por ciento –por ejemplo– lo relevante será que haya consistencia en las cifras previstas y que, en conjunto, se perciba que hay una tendencia clara a la corrección de los desequilibrios en el curso de los próximos 24 a 36 meses.

Sería más preocupante para el mercado que un estimado demasiado alto para el PIB o para la recaudación, fuera poco creíble, a que el déficit fuera mayor al anticipado.

Y, también estas agencias están expectantes del resultado del conjunto de reformas constitucionales que se han puesto en práctica, en particular, la reforma judicial, así como del impacto que puedan tener las políticas del nuevo gobierno de EU que entrará en funciones en enero de 2025.

Es probable que las otras dos grandes agencias calificadoras, S&P y Fitch, hagan sus ajustes o ratificaciones, a partir del documento que será dado a conocer el día de hoy.

Ya lo veremos.

Enrique Quintana 15.36.2024 Última actualización 15 noviembre 2024 5:36

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