El terremoto de magnitud 7.6 registrado en Japón a las 16:10 hora local en el primer día del año, ha dejado al menos 30 personas muertas, seis atrapados en derrumbes y cien mil desplazados por el movimiento con epicentro en la prefectura de Ishikawa, en el centro del país asiático.
En las calles de ese lugar, el movimiento telúrico provocó que se abrieran grietas en el pavimento.
Además, se registraron olas de hasta 1.2 metros de altura y 60 réplicas hasta el momento.
Posteriormente, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, con sede en Hawái, informó horas después que el riesgo de un maremoto devastador había quedado atrás.
La agencia estadunidense declaró que la amenaza de tsunami ha pasado en gran medida”; sin embargo, debido al movimiento hubo cortes en los servicios básicos de las viviendas.
En Ishikawa y las prefecturas vecinas de Toyama y Niigata unos 33 mil 500 hogares quedaron privados de electricidad.
Decenas de casas, construidas con madera, se derrumbaron en la ciudad de Suzu, según los informes.
Además, las autoridades de transporte cerraron las autopistas en la zona cercana al epicentro y los servicios de trenes de alta velocidad entre Tokio y la prefectura de Ishikawa quedaron interrumpidos.
El gobierno precisó que no se registraron consecuencias en las centrales nucleares del país. Videos en redes sociales captaron a los ciudadanos en pánico en lugares como centros comerciales, estaciones de trenes y estacionamientos.