Porque Lozoya embarró a una decena de políticos panistas y priistas en cuestiones de corrupción
El gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién, se defendió de los dichos de Emilio Lozoya respecto a que recibió sobornos para apoyar la reforma energética.
"Por mi parte, no tengo nada que temer, nada de qué avergonzarme y nada que ocultar", manifestó el gobernador.
Durante la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que Lozoya pretende involucrarlo en actos de corrupción de una "bajeza inaudita aportando solo sus dichos, los cuales valen lo mismo que el prestigio del exdirector de Pemex: nada".
"En mi vida siempre he dado la cara y hoy no será la excepción, los gobernantes tenemos la obligación de enfrentar los hechos, más cuando se tratan de calumnias, de infamias y de ataques centrados en cuestiones políticas".
Explicó que los dichos de Lozoya son una infamia por varias razones, entre ellas, que él como diputado, y luego senador panista, siempre apoyó la reforma energética.
"Siempre tuve la convicción de que la reforma era benéfica para el país, por tanto mi trabajo era dar al país el mejor marco legal, no había necesidad de darme dinero por un voto que ya se tenía por convicción personal".
Francisco Domínguez dijo que nadie paga para que le peguen y que si hubiese recibido dinero, no hubiera más de 800 reservas a la reforma; y que incluso logró que se quitaran lugares al sindicato de Pemex, lo que le trajo problemas e incluso amenazas.
Finalmente reiteró que no se puede confiar en las palabras de un delincuente confeso por lo que él sí da la cara y no busca protección a cambio de falsedades.
"Hay una intención política, no es cuestión legal; atacan a un gobernador de oposición bien calificado, mienten porque Querétaro no tiene una sola observación de la Auditoria Superior de la Federación. Doy la cara y defenderé mi nombre y seguiré trabajando sin pausas ni distracciones".
Según las declaraciones de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, recibió ordenes de Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray para sobornar a legisladores con la finalidad de aprobar las reformas estructurales de México, entre ellas la reforma energética.